El ex jefe del Ejército César Milani volvió a cuestionar la compra de aviones F-16 a Dinamarca, calificándola como una “política marketinera” del Gobierno de Javier Milei y advirtiendo que la defensa nacional atraviesa una crisis “catastrófica”. Sus declaraciones reavivan el debate sobre el rumbo militar argentino y la utilidad real de los cazas frente a la hipótesis de conflicto con el Reino Unido.
El teniente general retirado César Milani, quien condujo el Ejército entre 2013 y 2015, cuestionó la reciente incorporación de seis aviones F-16 provenientes de Dinamarca. Según el ex jefe militar, la operación responde más a una estrategia de marketing político que a una solución real para las necesidades de las Fuerzas Armadas.
Milani sostuvo que el paquete adquirido carece de sistemas estratégicos clave, como misiles de largo alcance, capacidad de destrucción de defensas antiaéreas enemigas y apoyo tecnológico avanzado. “Son inútiles frente a nuestra principal hipótesis de conflicto con el Reino Unido”, afirmó .
Una defensa en crisis
El ex jefe del Ejército describió un panorama crítico dentro de las Fuerzas Armadas:
- Fuga de personal: oficiales y suboficiales abandonan la institución por los bajos salarios.
- Pluriempleo: muchos deben manejar taxis, trabajar en Uber o realizar changas para sobrevivir.
- Desmantelamiento: se vendieron unidades, predios y se redujo la cantidad de soldados sin reequipamiento real.
Milani denunció que el 60% de los cuadros militares cobra por debajo de la línea de pobreza, lo que agrava la crisis estructural.
Los límites de los F-16 en el Atlántico Sur
Más allá de reconocer que el F-16 es una aeronave probada en combate, Milani subrayó que el modelo adquirido por Argentina no puede operar a 700 u 800 kilómetros del objetivo, como exige la defensa de las Islas Malvinas. Además, señaló que el país carece de infraestructura de mantenimiento adecuada, lo que limita aún más su autonomía.
En comparación con las capacidades británicas, el ex jefe militar advirtió que existe una desventaja “abismal” en términos tecnológicos y estratégicos.
El trasfondo político
La llegada de los F-16 fue celebrada por el presidente Javier Milei y el ministro de Defensa Luis Petri como un salto tecnológico y un símbolo de alineamiento internacional. Sin embargo, las críticas de Milani y de sectores opositores reavivan el debate sobre si la compra responde a una verdadera política de defensa o a un gesto político de impacto mediático.
La discusión se instala en un contexto de fragilidad institucional y crisis salarial en las Fuerzas Armadas, donde la brecha entre discurso oficial y realidad operativa parece cada vez más marcada.
