Con fuertes críticas internas y promesas para el campo, Milei se mostró en Córdoba como el líder absoluto del universo libertario
El presidente Javier Milei encabezó el cierre del evento denominado “Derecha Fest” en la ciudad de Córdoba, donde profundizó su enfrentamiento con la vicepresidenta Victoria Villarruel, cargó contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof y agitó la expectativa electoral de cara a las legislativas de octubre. La puesta en escena, cargada de símbolos libertarios y ataques a la política tradicional, consolidó su rol como principal figura del espacio y dejó en evidencia el nivel de fragmentación interna en el oficialismo.
Desde el escenario montado en el Quorum Hotel, Milei aseguró que “muchos se van a sorprender con los resultados de octubre”, en alusión al desempeño que espera lograr su espacio en las urnas, pese a contar —según él— con una representación legislativa muy limitada: apenas un 15% en Diputados y un 10% en el Senado. “El partido del Estado fue desastroso”, sentenció, en una clara alusión al sistema político que viene denunciando desde su campaña.
Una vez más, el mandatario dejó en claro su malestar con Villarruel, a quien evitó nombrar directamente, pero se refirió a ella como “la bruta traidora”, en un contexto marcado por la reciente aprobación en el Senado de una serie de iniciativas que aumentan el gasto público, entre ellas, la fórmula jubilatoria. Según Milei, esa votación fue posible por la “complicidad” de su vicepresidenta.
En su discurso también hubo críticas directas a Axel Kicillof, a quien calificó como “el soviético”, por promover —según Milei— “ideas que alimentan expectativas ilimitadas a través de la intervención estatal y el gasto público”, desatendiendo principios básicos como la escasez. Desde el oficialismo nacional ven con preocupación la figura del gobernador bonaerense, uno de los pocos referentes opositores con alta visibilidad y estructura territorial.
Un festival ideológico y político
El “Derecha Fest” fue promocionado como “el evento más anti-zurdo del mundo” y convocó a unas 2.500 personas, que abonaron una entrada de $35.000. El evento reunió a figuras influyentes dentro del universo libertario como Agustín Laje, Diego Recalde, el influencer “Gordo Dan” y el escritor Nicolás Márquez. A tono con el clima de época, el merchandising incluyó remeras con la frase “Roma no paga traidores”, dirigida a Villarruel y repetida en varios tramos del evento por oradores y asistentes.

El ingreso de los principales expositores fue escenificado como un show: Laje subió al escenario con música en vivo, mientras que Karina Milei, conocida como “El Jefe”, recibió una de las mayores ovaciones antes del discurso presidencial. La jornada fue un espectáculo político-religioso, cargado de consignas, mística y culto a la figura del Presidente.
Durante el encuentro también se visibilizaron tensiones internas. El “Gordo Dan”, una de las caras visibles del espacio en redes sociales, reapareció luego de un silencio estratégico tras la fallida inclusión de su agrupación, “Fuerzas del Cielo”, en las listas bonaerenses. En su intervención, defendió con vehemencia la figura presidencial y denunció ataques al equilibrio fiscal por parte de la “casta”. Nicolás Márquez, por su parte, apuntó contra Villarruel y pidió que Milei esté acompañado por “alguien a la altura” en las próximas elecciones.
Entre los asistentes estuvieron funcionarios como la diputada nacional Lilia Lemoine, el ministro de Salud Mario Lugones y otros referentes cordobeses del oficialismo. Santiago Caputo, el estratega detrás del armado político libertario, no participó pese a haber sido invitado.
Señales al campo en la antesala de Palermo
En paralelo al show cordobés, el Gobierno dejó trascender que el Presidente podría anunciar este sábado, en la tradicional exposición de la Rural de Palermo, la emisión de un bono para devolver a los productores agropecuarios el 50% de lo que pagan en retenciones. Sería una nueva tanda de Bopreal, como la utilizada con importadores, pero ahora destinada a uno de los sectores clave en la generación de divisas.
La propuesta, que ya había circulado en gobiernos anteriores sin éxito, es promovida por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y contaría con el aval técnico de la Sociedad Rural, cuyo titular Nicolás Pino es uno de los dirigentes más alineados con la gestión de Milei. En el sector agropecuario, la reacción inicial es cauta: ven la medida como un gesto político que puede ayudar a recomponer el vínculo con un electorado tradicionalmente afín, aunque condicionan su apoyo a la viabilidad y liquidez del instrumento financiero.
Sin embargo, la iniciativa no está exenta de polémica. Economistas críticos advierten que se trata de deuda en dólares, mientras que el cobro de retenciones se realiza en pesos, lo que incrementa los compromisos externos del Estado sin respaldo real. En un contexto de escasez de divisas, esta emisión podría generar nuevas tensiones macroeconómicas.
En clave electoral
La estrategia del Gobierno combina espectáculo, polarización y gestos sectoriales para consolidar su núcleo duro y ampliar la base de apoyo de cara a las legislativas. Córdoba, un distrito clave por su peso electoral y su afinidad con Milei, fue el escenario ideal para mostrar fortaleza, disciplinar aliados y ajustar el mensaje rumbo a octubre.
Mientras en Buenos Aires crecen las tensiones internas y los liderazgos opositores se reconfiguran, el libertarismo busca exhibir orden y dirección. En ese esquema, La Plata —como capital de la provincia y centro político bonaerense— no será ajena al impacto que tengan estos movimientos. Con una fuerte presencia del aparato estatal y universidades, el mensaje de “bajar el gasto” y “libertad individual” sigue siendo resistido por amplios sectores. El desafío libertario, por ahora, sigue siendo construir poder más allá del show.