Cientos de militantes, estudiantes y simpatizantes del peronismo se concentraron en la intersección de las calles 7 y 50 para manifestar su respaldo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La concentración en en el centro platense se sumó a otras manifestaciones en puntos clave del país
En una jornada marcada por la tensión política y la polarización, cientos de militantes, estudiantes y simpatizantes del peronismo se concentraron en la intersección de las calles 7 y 50 en La Plata, provincia de Buenos Aires, para manifestar su respaldo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La movilización, que tuvo lugar este 10 de junio de 2025, se dio en respuesta al fallo de la Corte Suprema que ratificó su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para cargos públicos por la causa Vialidad. Los manifestantes, con banderas, bombos y pancartas, denunciaron lo que consideran una “proscripción” y un “cepo al voto popular”, en eco a las palabras de la propia Kirchner.
Un grito de resistencia en La Plata
La esquina de 7 y 50, un punto emblemático para el peronismo en La Plata, se convirtió en el epicentro de una movilización espontánea pero contundente. Estudiantes universitarios, agrupaciones como La Cámpora, y miembros de gremios como SMATA y el Movimiento Evita se reunieron desde el mediodía, tiñendo las calles con cánticos como “Cristina no se rinde” y “Fuerza, compañera”. Las pancartas, con consignas como “No al lawfare” y “Cristina es pueblo”, reflejaban el fervor de una militancia que ve en el fallo judicial un intento de silenciar a su líder.
La concentración en La Plata se sumó a otras manifestaciones en puntos clave del país, como la sede del Partido Justicialista (PJ) en la calle Matheu, Buenos Aires, donde Cristina Kirchner habló ante una multitud. En 7 y 50, los manifestantes denunciaron lo que describen como una persecución judicial orquestada por el “poder económico” y el gobierno de Javier Milei. “Esto no es justicia, es lawfare. Quieren proscribir a Cristina porque le temen al pueblo”, afirmó una estudiante de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quien participó en la marcha junto a la Federación Universitaria de La Plata (FULP).
El contexto del fallo y la reacción kirchnerista
El fallo de la Corte Suprema, que rechazó los recursos de la defensa de Kirchner, dejó firme la condena por irregularidades en la adjudicación de 51 obras públicas en Santa Cruz durante su presidencia. La sentencia, que no implica prisión inmediata pero sí una inhabilitación política, desató una ola de reacciones. En La Plata, la movilización contó con la participación de organizaciones estudiantiles y sindicales, que convocaron a un “estado de alerta y movilización” frente a lo que consideran un ataque a la democracia.
La Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento (ADIUNGS) llamó a suspender las clases y sumarse a las concentraciones, un gesto que se replicó en otras casas de estudio. “La comunidad universitaria no puede quedarse al margen cuando se persigue a una líder que representa la voluntad popular”, expresó un representante de ADIUNGS en un comunicado difundido en redes sociales. La presencia de estudiantes fue notable, con cánticos que recordaban la resistencia peronista y la lucha contra la “oligarquía libertaria”.
Cristina Kirchner: “Un cepo al voto popular”
En su discurso desde la sede del PJ, Cristina Kirchner no solo cuestionó la legitimidad del fallo, sino que también lo vinculó al calendario electoral, acusando a la Corte de actuar como “guardia pretoriana del poder económico”. En La Plata, estas palabras resonaron con fuerza entre los manifestantes, quienes interpretaron la sentencia como un intento de excluir a Kirchner de la contienda electoral. “Quieren meterla presa porque saben que Cristina sigue siendo la líder del pueblo. Pero no van a poder con nosotros”, afirmó un militante de La Cámpora mientras sostenía una bandera con la imagen de la expresidenta.
La movilización en 7 y 50 también reflejó la unidad de distintos sectores del peronismo, desde los más cercanos al kirchnerismo hasta aquellos vinculados al gobernador Axel Kicillof, quien estuvo presente en la sede del PJ para respaldar a Kirchner. La presencia de intendentes bonaerenses, como Mayra Mendoza, y referentes del massismo añadió peso político a las manifestaciones, que se replicaron en otros puntos como la autopista Buenos Aires-La Plata, donde un grupo de manifestantes cortó el tránsito en apoyo a la expresidenta.
Un clima de tensión y polarización
La jornada no estuvo exenta de tensiones. En La Plata, la concentración transcurrió en un clima pacífico pero cargado de emotividad, con cánticos que recordaban los fusilamientos de José León Suárez de 1956, un paralelismo que la propia Kirchner evocó al definirse como “una fusilada que vive”. En otros puntos del país, como la autopista Ricchieri en Ezeiza, las protestas incluyeron cortes con neumáticos en llamas, lo que generó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El oficialismo, liderado por Javier Milei, celebró el fallo como un avance en la lucha contra la corrupción, con el presidente tuiteando un escueto “Justicia, fin” que desató críticas y adhesiones por igual. En contraste, figuras como el expresidente Alberto Fernández manifestaron su apoyo a Kirchner, calificando el fallo como “injusto”. La polarización, una constante en la política argentina, se hizo aún más evidente en las calles de La Plata y en las redes sociales, donde hashtags como #CepoAlVotoPopular y #FuerzaCristina se convirtieron en tendencia.
El impacto político y lo que viene
La concentración en 7 y 50 no solo fue un acto de apoyo a Cristina Kirchner, sino también un mensaje al establishment político y judicial: el kirchnerismo sigue siendo una fuerza movilizada y dispuesta a dar batalla. La expresidenta, consciente de su peso político, llamó a la militancia a “volver a ser militantes políticos” y trabajar por la unidad del peronismo para enfrentar lo que describió como un “modelo inviable” del gobierno de Milei.
El fallo de la Corte Suprema, lejos de debilitar al kirchnerismo, parece haber galvanizado a sus bases. En La Plata, los estudiantes y militantes prometieron mantener las calles activas, con nuevas movilizaciones previstas en los próximos días. “Cristina no está sola, y el pueblo no se rinde”, resumió una joven manifestante mientras la multitud comenzaba a desconcentrarse al atardecer.
En un año electoral, el destino político de Cristina Kirchner sigue siendo una incógnita. Sin embargo, la movilización en 7 y 50 demuestra que su figura continúa siendo un faro para miles de argentinos que ven en ella no solo una líder, sino un símbolo de resistencia frente a lo que perciben como una justicia politizada.
foto: @CandeCremonte
