A pesar del descenso térmico y la llegada del invierno, en varios barrios de La Plata volvió a repetirse un fenómeno que sorprende a vecinos y especialistas: la persistencia de mosquitos, incluso en jornadas con temperaturas cercanas a los 5°C. La presencia masiva de estos insectos, que suele asociarse al verano, encendió las alarmas en la región y generó malestar entre quienes no entienden por qué siguen apareciendo.
Desde hace varios días, residentes de distintas zonas de la ciudad reportan una invasión atípica. Lejos de tratarse de un simple rezago del calor estival, lo que está detrás de esta proliferación es una especie particular que desafía las reglas habituales: el Aedes albifasciatus, conocido como “mosquito de inundación”.
Según indicaron desde el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), este tipo de mosquito no necesita altas temperaturas para reproducirse. Su ciclo está íntimamente vinculado con las lluvias intensas y la acumulación de agua en terrenos bajos, una condición que se cumplió con creces durante las últimas semanas en La Plata y alrededores.
La investigadora del Conicet y directora del CEPAVE, María Victoria Micieli, explicó que esta especie aparece habitualmente tras precipitaciones abundantes y sostenidas, ya que aprovecha los charcos formados en suelos anegables. Además, se trata de un mosquito más grande y agresivo que otros, con alta presencia en zonas verdes o con agua estancada.
A diferencia del Aedes aegypti —el vector del dengue—, el Aedes albifasciatus no representa un riesgo sanitario, aunque sí es molesto por su comportamiento más activo y agresivo. Mientras que el mosquito del dengue no resiste las temperaturas invernales, esta otra especie logra sobrevivir sin problemas, siempre que haya humedad y agua acumulada.
Este tipo de brotes no son nuevos para la región: todos los años, con mayor o menor intensidad, aparecen durante el otoño o incluso pleno invierno si las lluvias son intensas. Lo que varía es la percepción de los vecinos, acostumbrados a relacionar la presencia de mosquitos con el calor.
Frente a este panorama, las recomendaciones sanitarias no cambian: aún en invierno, es clave eliminar o tapar recipientes que acumulen agua y controlar los espacios con vegetación densa. Si bien no hay riesgo de transmisión de enfermedades en este caso, los especialistas advierten que minimizar las condiciones de reproducción es esencial para reducir estas invasiones estacionales.