La idea arquitectónica detrás del mercado que se levantará en el antiguo Bazar X
La fachada histórica que activará la nostalgia de quienes fueron testigos de las épocas doradas del viejo Bazar X es el primer elemento con el que se encontrarán los visitantes la primera vez que accedan al nuevo Baxar, ese mercado gastronómico que ya toma forma más acabada en calle 50 entre 5 y 6, cuya inauguración como primera etapa está prevista para poco después de mitad de año. Es una idea inédita para la ciudad, desarrollada por arquitectos de tres generaciones recibidos en la UNLP y formados bajo un mismo paradigma: el de la “arquitectura ciudad”. Proponen un espacio de dos plantas, amplio, en el que la vereda se extiende hacia el interior e invita a transitarlo con su misma dinámica, para recuperarlo como lugar público y ofrecer comodidad. En el que además puedan desarrollarse emprendimientos gastronómicos –incluida una escuela taller– y puestos con productos naturales. Un corredor que tendrá otro frente (no un contrafrente) de 40 metros de extensión sobre la avenida 51, cuya apertura –en una segunda etapa– está proyectada para principios de 2019, a más tardar.
Los profesionales de Estudio MSS lucen exultantes con la idea que amasaron junto a Marcelo Caraballo, el arquitecto que encabeza el desarrollo edilicio de todos los emprendimientos del Grupo A Punto, responsable del proyecto.
Manuel y Mariano Segura y Hugo Molina reciben a Infoplatense en la obra, bajo el techo (una de las piezas históricas que lograron "poner en valor") del Bazar X y despliegan en el espacio lo que más tarde profundizarán con planos en mano en su estudio de 7 y 35, junto a Caraballo y al resto del equipo que se completa con los más jóvenes: los arquitectos Victoria Basile, Federico Davalos, Francisco Tineo y Martin Bilevicius. En ambos sitios se da la charla que nutre esta nota.
Sienten que el proyecto de mercado, que será Baxar, les da ahora la posibilidad de devolverle a La Plata lo que la ciudad depositó en ellos al formarlos.
LA PASANTE URBANA
En lo que tiene que ver con la estructura, sobre la calle 50 está el Bazar, que tenía y conserva dos plantas. Esa fachada quedará tal cual y en su interior estarán una internacional del café que tuvo que adaptar su propio estilo arquitectónico al proyecto platense, una cadena de helados y una panificadora artesanal.
En ese primer espacio, el del viejo Bazar X que conserva la marquesina, aparecen las primeras joyas patrimoniales que los arquitectos rescatan. El piso original, el techo, el entablonado que quedó a la vista, la escalera principal del salón que está muy deteriorada y habrá que restaurar, las columnas. Y eso permite que no interfiera en el recuerdo, en la memoria colectiva que constituye el patrimonio: “Para eso los dejamos. Si no, no tendría sentido, sería conservar por conservar y nada más”.
Ese será el nexo hacia el otro extremo, el de 51, donde el espacio se abrirá hacia la base de una imaginaria “L” al integrarse a lo que hoy aún es una casa de estilo romano, con un patio en el centro. Allí se dispondrán los espacios para comer y lugares para estar. El objetivo es que la gastronomía platense, que también ha desarrollado una identidad como lo hicieron los productores de frutas y verduras, esté representada.
P
El concepto de “pasaje” es la idea fuerza del proyecto. “Una vez que nos encontramos con estos tres lotes integrados y sumado a lo que se indagó sobre otros mercados en el mundo, hicimos eje en que esto es un pasaje, y que la fuerza está en ese concepto”, dice.
Para Molina hay un concepto entre los arquitectos cuando hablan de los lugares. Y es que “el lugar quiere ser algo. Su potencialidad está antes de que uno intervenga. En este caso vimos la potencialidad de ese corredor que atraviesa la manzana, no porque existe, sino porque la naturaleza del área lo necesita. Y de alguna manera, esa memoria colectiva de la que uno habla, tiene que ver con el caminar, con el vínculo con el peatón que se encuentra con ese vereda que se ensancha. Entonces es un pasaje que siempre estuvo ahí por más que no haya sido materializado. De alguna manera estaba y lo descubrimos”.
“La intervención en el BAXAR mercado pone en valor un hecho urbano presente en el lugar, en la memoria colectiva del ciudadano platense”. Eso manifiesta un paper de presentación del proyecto desde el punto de vista de los arquitectos. Y agrega: “Un edificio ciudad donde la sociedad hace propia la propuesta del equipamiento. Un lugar de encuentro donde el Sentir, el Aprender y el Comer se conjugan en un acto urbano”.
Por eso, el proyecto completa una “pieza urbana, que conforma un área peatonal junto con el eje fundacional de la ciudad, el Pasaje Dardo Rocha, El MACLA, el Pasaje Rodrigo, Diagonal 80, el Boulevard 51, Plaza San Martin, la Gobernación”.
Aparece entonces la revalorización del espacio público, la vereda, “el pasaje como lugar de encuentro e intercambio milenario”.
Esa idea parece ser de las más atractivas para los propios creadores. Y uno por uno aporta su mirada:
Mariano Segura: “Vos hoy mirás la calle 51 desde Plaza San Martín y la vas a ver de una manera: oscura, triste, sin movimiento, gris, con rejas, que no te invita a caminarla. El hecho urbano se va a concretar con esos cuarenta metros de mercado con vida, con gente, con movimiento. Ahí se verá que esta intervención traspasa la línea municipal y la ciudad recupera su calle”.
Manuel Segura: “Hay también un hecho político en cuanto a la concepción del espacio público, lo cual está muy arraigado en todo hecho arquitectónico que intentamos trabajar. Siempre está esa idea del otro. Estamos formados en la UNLP, somos egresados de la universidad pública y hay una especie de legado que se ha ido transmitiendo”.
Los debates interdisciplinarios han sido intensos en estos meses y muchas veces el grupo de arquitectos ha debido plantarse ante el resto de las áreas para defender el punto de vista. Hubo muchas horas de estudiar, de ver otros mercados en el mundo, muchas horas de dibujo, de garabato, de discusión con quienes piensan la cuestión comercial, con el equipo de marketing.