"Tocar los primeros tres o cuatro primeros acordes es como descolgar bien el primer centro que te cae en el área", dice Juan Cupertino cuando se le pide que compare la sensación de subir al escenario con la de salir a la cancha y pararse bajo los tres palos. Hoy tiene 33 años y hace siete decidió dejar el fútbol después de dos contratos firmados como arquero profesional en Gimnasia y Esgrima de La Plata y algunos intentos en equipos de ligas inferiores. La diferencia -dice- está en la presión y en el disfrute que encuentra cuando se calza la guitarra y pega sin desentonar la primera frase de una canción. 

Esa adrenalina volverá a producirla este sábado en el centro cultural Los Lobos, de 13 entre 527 y 528, cuando se presente con Crixo, la banda de hard rock en la que toca la guitarra y canta, los temas del disco debut que está en etapa de masterización. 

En Gimnasia no llegó a debutar en primera y su experiencia en el Bosque llegó hasta el arco de la reserva y algunos partidos no oficiales con el primer equipo. Hizo buena parte de las inferiores desde que llegó a La Plata desde Bolívar con 17 años. Vivió la primera campaña de Pedro Troglio desde adentro y convivió con su ídolo máximo, el "Mono" Navarro Montoya ("yo tenía el buzo con el camioncito que él usaba", recuerda). También los hizo con Juan Carlos Olave y Fernando Monetti, todos grandes profesionales que a la larga bloquearon las posibilidades de debutar en el primer equipo.

Pero de quien mejores recuerdos conserva es de Navarro Montoya. "Generalmente un ídolo cuando lo conocés personalmente te puede decepcionar, pero con el Mono fue todo lo contrario, una persona excepcional", dice.

A los 26 años, y después de pasar por Villa Dálmine, Villa San Carlos y su regreso a Barracas Bolivar, decidió dejar las canchas, terminar la carrera de martillero y corredor público, encontrar otro medio de vida (hoy es un empleado en la administración pública) y dedicarse a su otra pasión. "Fue díficil tomar la decisión porque yo era futbolista profesional y vivía de eso", dice. Dejó el Lobo en tiempos de Leonardo Madelón y después de dos contratos. 

La música lo acompañó desde chiquito y con amigos formó su primera banda Avalancha, con la que hacían un tributo a los españoles Héroes del Silencio. Pero ya hace más de dos años que dieron un volantazo para dedicarse a lo que más les gusta. Crixo es un cuarteto que se nutre de la raices del hard rock en la Argentina pero reconocen influencias en la etapa solista de Slash, el guitarrista de Guns N'Roses. 

La búsqueda pasa entonces por riffs potentes y bases limpias para que las letras de los estribillos sean nítidos. Trabajan juntos temas propios con letras que componen en general de manera colectiva a partir de las ideas que van surgiendo. Y la letras abrevan en su propias experiencias de vida.

Crixos sale a escena este sábado por quinta vez en el año. Chino Hollender es el primer guitarrista, Niño Biffis toca bajo y hace coros e Ivan Foschini le da a la batería. Juan Cupertino, "Cuper" como lo conocen todos, empuña la segunda guitarra y canta con su bozarrón, como gritaba desde el arco para organizar el equipo. Pero ahora para hacer sonar su propia canción.