La Policía Federal terminó el allanamiento en la Unidad Penal 34 de Melchor Romero sin poder corroborar ninguno de los elementos denunciados este lunes por Margarita Meira, referente de la ONG Madres de Víctimas de Trata (MVT), quien llevó ante el Juzgado Federal de Ernesto Kreplak los dichos de una joven que relató haber huido de ese complejo donde había sido retenida junto a otras mujeres, entre las que estaba -según ese relato- Johana Ramallo.

Ese testimonio indicaba que se trataba de un sótano o subsuelo donde las mujeres estaban retenidas y desde donde eran llevadas a algún lugar para ser explotadas sexualmente. Señaló como el sitio de cautiverio a la Unidad Penal ubicada en 520 y 179 de Melchor Romero.

Esa denuncia derivó en un allanamiento realizado después de las 17 en ese complejo y, según fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), no hubo elementos que corroboraran lo denunciado por Meira. Se remarcó especialmente que en las casi cuatro horas que duró el procedimiento no fue detectado en el lugar ningún subsuelo ni sótano. Tampoco otros elemento que pudieran indicar que el lugar hubiera sido usado para los fines denunciados. 

Se revisaron las celdas, los salones de visitas, casinos y sanidad sin que se detectaran irregularidades, informaron fuentes de la repartición bonaerense. “Nunca hubo mujeres alojadas, y no se encontró ninguna irregularidad”, indicaron fuentes del Servicio Penitenciario, cucyo titular, Xavier Areses, partició del operativo.

El operativo fue seguido desde la calle por Marta Ramallo, la madre de Johana, y sus allegados. Momentos de tensión y angustia se vivieron cuando la mujer, a los gritos, pedía participar ella misma de la búsqueda.

El complejo allanado es una unidad de régimen cerrado, de modalidad moderada, que tiene un sector para población masculina y otro para la femenina, además de un pabellón psiquiátrico.

La causa, inicialmente caratulada “averiguación de paradero”, pasó a ser investigada como “trata de personas” y quedó a cargo de la Justicia Federal. El jueves pasado se cumplieron nueve meses de la última vez que se vio a Johana, de 23 años, tras salir de su casa en La Plata a las cinco de la tarde.

La última imagen que se tiene de la joven la tomó la cámara de seguridad de una estación de servicio ubicada en las calles 1 y 63, entrando al baño.