Luego de que el Gobierno anunciara la suspensión temporal del aumento de las cuotas de las prepagas para las familias con ingresos inferiores a $2 millones mensuales, diferentes entidades médicas anunciaron la implementación de un “bono complementario no reintegrable” que impacta de lleno en los afiliados de prepagas y obras sociales.

Frente a esta situación, las prepagas elevaron un reclamo formal ante la Superintendencia de Salud, ya que el cobro de un copago en consultas o intervenciones está prohibido por las normativas de la ley de prepagas y deja en una posición vulnerable a los pacientes que, además de pagar sus seguros de salud, se enfrentan a costos adicionales no previstos.

Si bien hicieron hincapié en que “son muy pocos los médicos que lo hacen”, las empresas recomendaron a sus afiliados contactar a la obra social para intervenir y gestionar la situación en caso de que el profesional intente cobrarles un copago. Mientras que, en situaciones de urgencia donde no sea posible esperar la resolución del reclamo, la obra social está obligada a reembolsar el dinero que el paciente haya abonado como copago.

¿EN QUÉ CONSISTE EL BONO?

En el marco del Día de la Sanidad, diferentes entidades médicas del país firmaron un comunicado manifestando su descontento con el retraso de entre dos y seis meses en los pagos y el valor de sus honorarios, al tiempo que anunciaron el cobro de un “bono complementario no reintegrable” que será ajustable bimestralmente teniendo como referencia en índice inflacionario.

Los médicos establecieron un nuevo “honorario médico ético mínimo” para la consulta profesionales de $6.000 y explicaron que “si lo que recibimos del sistema (obras sociales, prepagos, sanatorios, entre otros) es menor a este monto, la diferencia será cubierta por el paciente como un bono complementario no reintegrable”. En este contexto, las obras sociales presentaron el reclamo para que los afiliados no tengan que afrontar costos adicionales.