El escándalo de las presuntas coimas que involucra a Karina Milei ya impacta de lleno en la figura presidencial. Según una encuesta de la consultora TresPuntoZero, dirigida por Shila Vilker, Javier Milei perdió más de 8 puntos de imagen positiva en apenas un mes, perforando el piso de apoyo que mantenía desde su llegada a la Casa Rosada.
El sondeo revela que dos de cada tres argentinos consideran el caso Spagnuolo como un hecho de corrupción, mientras que apenas un 32% cree que se trata de una “operación política” contra el oficialismo. Incluso dentro del electorado libertario, la erosión empieza a notarse: el 15,3% de quienes votaron a La Libertad Avanza ya no lo volverían a elegir tras este episodio.
Tres crisis en menos de un año
Vilker sostuvo que Milei atraviesa su tercera gran crisis política desde que asumió. La primera ocurrió en septiembre de 2024, cuando vetó el aumento a jubilados y celebró con un asado en Olivos junto a diputados de su espacio, lo que le costó una caída de 7 puntos. La segunda se registró entre febrero y marzo de este año, vinculada a la inflación en alza que superó el 3,7% en marzo.
Hoy, la combinación de un nuevo veto a los jubilados, la tensión cambiaria y el llamado “estresazo del dólar”, junto con las denuncias por corrupción, parecen configurar el escenario más adverso para el Presidente.
La caída en los números
Los resultados del estudio muestran que Milei quedó por debajo de otros referentes nacionales en imagen positiva. Axel Kicillof alcanza un 43,8% con un diferencial negativo de 7,3 puntos, mientras que Cristina Fernández de Kirchner suma un 41,8%, aunque con un diferencial negativo mayor. El Presidente, en cambio, registra 58,5% de imagen negativa y un diferencial adverso de 18,7 puntos.
Por primera vez desde que asumió, Milei pierde el liderazgo en la escena política, quedando detrás de Kicillof y apenas por encima de la ex mandataria.
El rol de Karina Milei
Un dato llamativo que destaca la consultora es la resiliencia de Karina Milei, figura central en las denuncias de corrupción tanto por el caso Libra como por el caso Spagnuolo. A pesar de estar directamente involucrada, mantiene una imagen positiva del 32,8%, lo que refleja el peso de su influencia dentro del oficialismo y el núcleo duro que aún sostiene al Presidente.
