Sábado 12 de julio de 2025
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Nuevo capítulo de la interna Kicillof-Cristina : Un funcionario camporista renunció y criticó a Larroque

Leandro Lurati, subsecretario de Deportes y hombre de La Cámpora, dejó su cargo por “diferencias irreconciliables” con el ministro Andrés Larroque, en un nuevo round de la feroz interna peronista que sacude a la Provincia. ¿Qué hay detrás de esta salida?

Un nuevo capítulo en la interna peronista y una renuncia que sacudió el gabinete de Axel Kicillof y expuso las grietas cada vez más profundas del peronismo bonaerense: Leandro Lurati, subsecretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, presentó su renuncia este martes.

El anuncio, hecho público a través de un mensaje en X, no solo marca el fin de su gestión de dos años, sino que también evidencia el enfrentamiento entre dos figuras clave: Lurati, un militante de La Cámpora, y Andrés “Cuervo” Larroque, el poderoso ministro de Desarrollo de la Comunidad y exreferente de la misma agrupación, hoy alineado con el gobernador Kicillof en una pulseada interna que no da tregua.

Diferencias irreconciliables

Lurati no escatimó en palabras al explicar su salida. “De un tiempo a esta parte, las diferencias de perspectivas con el ministro Larroque fueron notorias”, escribió en su despedida, dejando entrever un conflicto que trasciende lo personal y se inscribe en la lucha de facciones que atraviesa al peronismo provincial.

Fuentes cercanas al exfuncionario confirmaron a este medio que el propio Larroque le pidió el alejamiento, un gesto que ilustra el nivel de tensión entre ambos. “Siempre puse por delante la gestión”, agregó Lurati, en un intento de mantener el foco en su trabajo al frente del deporte bonaerense, pero el trasfondo político es imposible de ignorar.

Con una trayectoria marcada por su militancia en La Cámpora y su paso como secretario de Comunicación en Hurlingham bajo la gestión de Damián Selci, Lurati representaba una pieza del ala kirchnerista más ortodoxa dentro del Gabinete de Kicillof.

Su salida no es un hecho aislado: llega en un momento de máxima fricción entre el gobernador y el sector liderado por Cristina Fernández de Kirchner, con La Cámpora como ariete. Larroque, otrora uno de los pilares de esa agrupación, hoy juega en el equipo de Kicillof, consolidando su propio espacio con el respaldo de movimientos sociales y una visión que choca con la de los camporistas puros.

La interna peronista al rojo vivo

El timing de esta renuncia no podría ser más elocuente. Mientras el peronismo bonaerense debate el desdoblamiento electoral y la suspensión de las PASO —un tema que enfrenta a Kicillof con el kirchnerismo duro—, la salida de Lurati suena como un disparo en la línea de largada de una carrera por el control del poder provincial.

“Es el primer coletazo visible en el Gabinete de la pelea entre Kicillof y Cristina”, aseguró un intendente del conurbano que prefirió el off the record. Y no es para menos: la tensión entre el gobernador y el Instituto Patria escaló en las últimas semanas, con cruces por la estrategia electoral y el liderazgo del PJ bonaerense como telón de fondo.

Lurati, en su mensaje de despedida, no dudó en rendir homenaje a Cristina Kirchner, señalando que su compromiso con el deporte forma parte de “un proyecto más grande” inspirado en las enseñanzas de la expresidenta. Un guiño que no pasó desapercibido y que refuerza su alineación con el sector K, en contraste con la postura de Larroque, quien apuesta por fortalecer la figura de Kicillof como un “emergente político” capaz de sobrevivir al vendaval de Javier Milei.

¿El inicio de un éxodo campista?

La pregunta que sobrevuela La Plata es si esta renuncia será la primera de varias. En el Gabinete de Kicillof conviven ministros y funcionarios de La Cámpora —como Nicolás Kreplak (Salud), Juan Martín Mena (Justicia), Daniela Vilar (Ambiente) o Florencia Saintout (Instituto Cultural)— que responden directamente a Cristina y Máximo Kirchner.

Sin embargo, hasta ahora, el gobernador ha evitado una purga de camporistas, consciente de que necesita mantener un equilibrio delicado para no romper definitivamente con el kirchnerismo. “Nadie es indispensable”, deslizan desde el entorno de Kicillof, un mensaje que suena a advertencia.

Por su parte, Larroque, que encabeza la agrupación La Patria es el otro, emerge como una figura central en este ajedrez político. Su ministerio, que engloba áreas sensibles como la economía popular y el desarrollo comunitario, se ha convertido en un bastión de poder, respaldado por organizaciones como el Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie. Esta consolidación lo pone en las antípodas de La Cámpora, que ve en su excompañero un “traidor” a la causa original.

vitar. En un año electoral, donde cada titular cuenta, el desafío para Kicillof será reconducir el foco hacia su gestión y no hacia las peleas intestinas.

Lurati cerró su mensaje con una promesa: “Nos seguiremos viendo en cada cancha, en cada barrio, en cada club”. Pero en el trasfondo de esas palabras late la certeza de que su salida no es un adiós al ruedo político. En un peronismo donde las lealtades se reconfiguran a diario, su renuncia es un capítulo más de una saga que promete nuevos giros. Mientras tanto, en La Plata, los tambores de la interna suenan más fuerte que nunca.

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