La ministra de Seguridad nacional acusó al gobernador Axel Kicillof de “inventar” una causa contra 24 policías bonaerenses vinculados a La Libertad Avanza. El ministro Javier Alonso le respondió con dureza y aseguró que la investigación sigue firme, con nuevas pruebas.
La tensión entre Nación y Provincia sumó un nuevo capítulo en la disputa por la cesantía de 24 policías bonaerenses, acusados de realizar tareas políticas para Maximiliano Bondarenko, candidato libertario en la Tercera Sección Electoral. El conflicto escaló cuando Patricia Bullrich compartió en redes sociales un artículo que hablaba de un “giro” en la causa y acusó al gobernador Axel Kicillof de “armar una denuncia trucha” para perseguir a los efectivos.
Acusaciones a Kicillof y respuestas
“La Justicia tiró abajo la causa. El inútil de Kicillof inventó una conspiración para perseguir a 24 policías. Los suspendió por chiquitaje político”, escribió Bullrich en X, y exigió su reincorporación. También denunció espionaje ilegal y persecución ideológica por parte del gobierno provincial.
La respuesta no tardó en llegar. Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense, salió al cruce: “Bullrich miente. La causa sigue firme, con más pruebas cada día. No interfiera con la investigación judicial”, publicó en la misma red social. Además, la acusó de intentar intervenir en la Justicia por “nerviosismo electoral” y le pidió “no repetir los mismos hábitos: la mentira no conduce a nada”.
La investigación se originó en una denuncia anónima que derivó en allanamientos y hallazgos de documentos partidarios, comunicaciones confidenciales y presuntos planes para controlar el Ministerio de Seguridad en caso de un triunfo libertario. Entre los implicados hay comisarios mayores, inspectores y jefes de operaciones de la Policía Ecológica.
Polipunteros
Bondarenko, excomisario y actual concejal de Florencio Varela, negó las acusaciones y calificó el encuentro con los policías como “un asado de camaradería”. Sin embargo, desde la Dirección de Asuntos Internos aseguran que el material probatorio es contundente y que la causa judicial continúa bajo secreto de sumario.
El cruce entre Bullrich y Alonso expone una grieta institucional profunda, con acusaciones cruzadas que van desde la persecución política hasta el espionaje ilegal. Mientras tanto, la Justicia deberá determinar si se trató de una depuración legítima o de una maniobra de desestabilización.