Domingo 19 de octubre de 2025
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Odio en campaña: una mujer intentó acuchillar a un fotógrafo al grito de “kukardo”… y Milei culpó al kirchnerismo

Durante un acto en Tres de Febrero, una militante exaltada agredió a un fotógrafo con insultos y un cuchillo. El Presidente reaccionó en redes: “Esto es el kirchnerismo”. La escena desató una nueva polémica sobre violencia política y manipulación discursiva.

El episodio ocurrió durante un acto de campaña de Javier Milei en Tres de Febrero, en plena recta final hacia las legislativas del 26 de octubre. Una mujer identificada como Annabel Ilarraz, de 50 años, logró acercarse al vehículo presidencial, insultó a un fotógrafo —Antonio Becerra— y lo persiguió con un cuchillo mientras le gritaba: “¡Andate de mi casa, kukardo de mierda!”.

La agresora fue rápidamente detenida por Gendarmería, pero el hecho quedó registrado en video y circuló con fuerza en redes sociales. La palabra “kukardo”, usada por sectores libertarios para descalificar a militantes kirchneristas, se convirtió en el centro del debate.

Milei tuiteó “Esto es el kirchnerismo”

Pese a que la mujer parecía ser parte del público libertario, el Presidente Javier Milei reaccionó en X (ex Twitter) con una acusación directa: “Esto es el kirchnerismo. 26O: civilización o barbarie, libertad o esclavitud”. Acompañó el mensaje con fotos del arresto y del cuchillo incautado.

La publicación generó controversia: varios usuarios señalaron que el término “kukardo” es propio del léxico libertario, y que la agresora no mostraba signos de pertenecer al kirchnerismo. La oposición acusó al mandatario de “tergiversar los hechos” para capitalizar políticamente el incidente.

Violencia política y narrativa en disputa

El caso reabre el debate sobre el uso del odio como herramienta electoral. Mientras Milei busca instalar una dicotomía entre “libertad y esclavitud”, sectores opositores denuncian una estrategia de victimización y manipulación discursiva.

La escena, ocurrida en Ciudad Jardín, se suma a una serie de episodios de tensión entre militantes libertarios y opositores en actos públicos. La campaña se endurece, y la violencia simbólica empieza a desbordar los límites físicos.

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