La negociación salarial entre el gobierno bonaerense y los gremios estatales volvió a tensarse. Este viernes, la administración de Axel Kicillof presentó una nueva propuesta que contempla un aumento total del 3,2% en dos tramos, pero la oferta fue calificada como “claramente insuficiente” por al menos dos sindicatos de peso: la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Federación de Gremios Estatales y Particulares de la Provincia de Buenos Aires (Fegepba).
La propuesta oficial prevé un incremento del 1,6% a partir del 1° de agosto y otro 1,6% desde octubre, ambos calculados sobre la base salarial de julio. La reunión, que originalmente estaba prevista para las 15 en el Ministerio de Trabajo, se adelantó y se realizó de manera virtual.
En paralelo, el gobierno también agendó para las 13:30 una mesa de negociación con el sector docente, que aguarda un ofrecimiento en términos similares.
Reclamos y advertencias gremiales
Tras conocerse la propuesta, Fegepba emitió un comunicado en el que señaló que el planteo del Ejecutivo no contempla la pérdida de poder adquisitivo acumulada ni la compleja situación económica de los trabajadores estatales. En ese sentido, exigieron que se incluya septiembre como mes de recomposición salarial y presentaron un paquete de reclamos que va más allá del porcentaje ofrecido:
- Aumento excepcional de viáticos acorde al contexto inflacionario.
- Convocatoria urgente a paritarias sectoriales para discutir temas pendientes.
- Recategorización automática de una categoría para todo el personal.
- Traspaso gradual de bonificaciones al sueldo básico, comenzando por la Bonificación 545/15.
- Inclusión de los jubilados en todos los incrementos salariales.
- Pase a planta permanente de trabajadores en situación de precariedad laboral.
- Restitución del 3% por antigüedad, considerado un derecho histórico del sector.
En ATE, el rechazo tuvo el mismo tono: advirtieron que el aumento propuesto no alcanza a cubrir la inflación acumulada y reclamaron una oferta superadora en el corto plazo.
El debate salarial bonaerense se da en un contexto de fuerte presión económica para los trabajadores estatales, con una inflación que erosiona mes a mes los ingresos y con la mirada puesta en cómo estas negociaciones impactarán no solo en el bolsillo, sino también en los servicios que dependen de la administración provincial.