El Ejecutivo busca reemplazar los aumentos salariales uniformes por subas diferenciadas según “rendimiento individual”. La propuesta tensiona el vínculo con los gremios y choca con el principio de igualdad consagrado en la Constitución Nacional.
El Gobierno nacional impulsa un nuevo esquema de paritarias basado en el mérito individual. La iniciativa propone que los aumentos salariales no sean iguales para todos los trabajadores de un convenio, sino que se otorguen según evaluaciones de desempeño. En otras palabras, sólo quienes sean considerados “los mejores” podrían recibir incrementos por encima de la inflación.
La medida, que aún no fue formalizada en ningún decreto, ya genera ruido en las centrales obreras. Desde la CGT advierten que se trata de una “ruptura del principio de solidaridad” que rige en las negociaciones colectivas. En el mismo sentido, abogados laboralistas señalan que la propuesta vulnera el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que garantiza “igual remuneración por igual tarea”.
El límite constitucional: ¿puede el mérito justificar desigualdad?
La Constitución argentina establece que todo trabajador tiene derecho a una retribución justa, sin discriminaciones arbitrarias. Las paritarias, como mecanismo de negociación colectiva, se basan en la idea de que el salario debe ser acordado por sector y categoría, no por desempeño individual.
“Evaluar el mérito en contextos laborales colectivos es jurídicamente riesgoso y socialmente regresivo”, explica la abogada laboralista Mariana Vázquez. “No hay garantías de objetividad, y se abre la puerta a favoritismos, castigos encubiertos o discriminación sindical.”
Además, la propuesta del Gobierno se da en un contexto de alta inflación y pérdida del poder adquisitivo, donde los gremios reclaman recomposiciones urgentes. Introducir criterios de mérito podría dilatar las negociaciones y fragmentar la unidad sindical.
¿Estrategia de disciplinamiento o reforma estructural?
Fuentes oficiales sostienen que el nuevo modelo busca “modernizar” las relaciones laborales y “reconocer el esfuerzo individual”. Sin embargo, en los pasillos gremiales se interpreta como una maniobra de disciplinamiento: premiar a los obedientes, castigar a los conflictivos.
“Es una forma de debilitar la organización sindical”, denuncian desde ATE. “Si cada trabajador negocia por separado, se rompe la fuerza colectiva. Y eso es funcional al ajuste.”
La iniciativa también podría tener impacto en el acceso a beneficios como bonos, ascensos o estabilidad laboral. En ese sentido, se teme que el mérito se convierta en una herramienta de exclusión más que de reconocimiento.
Gremios en alerta: se avecina una nueva pulseada
Aunque el Gobierno aún no presentó un proyecto formal, ya se anticipa una fuerte resistencia sindical. La CTA Autónoma convocó a una jornada de protesta y la CGT analiza medidas legales para frenar cualquier intento de modificar el régimen paritario.
La discusión promete escalar en los próximos meses, con epicentro en sectores estatales y docentes, donde las evaluaciones de desempeño ya generan controversia. En paralelo, se espera que la Corte Suprema se pronuncie sobre la constitucionalidad de este tipo de esquemas, en caso de avanzar.