Desde mañana al mediodía hasta el jueves, la huelga sindical paralizará servicios esenciales en la región, aunque los colectivos seguirán circulando como único alivio en un día de caos y protestas.
Mañana al mediodía, la Confederación General del Trabajo (CGT) dará inicio a una huelga de 36 horas que promete paralizar gran parte de las actividades en La Plata y toda la provincia de Buenos Aires. Con un impacto que se extenderá hasta el jueves a la medianoche, la medida de fuerza afectará servicios esenciales como trenes, bancos, clases y hospitales, aunque los colectivos seguirán circulando, ofreciendo un alivio parcial en medio del caos. Una jornada marcada por la incertidumbre, el descontento sindical y las estrategias del Gobierno para mitigar sus efectos.
Un paro con adherencia masiva
La CGT, en su tercera protesta contra el gobierno de Javier Milei, ha convocado a esta huelga de 36 horas que arrancará el miércoles 9 de abril a las 12:00 y culminará el jueves 10 a las 23:59. La medida contará con el respaldo de gremios clave como la Unión Ferroviaria, la Asociación Bancaria, la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), lo que asegura un alto nivel de acatamiento. Sin embargo, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que representa a los choferes de colectivos, confirmó que no se sumará al paro tras negociaciones con el Gobierno, garantizando la circulación de micros en La Plata y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
“La movilización será importante, no tengo dudas”, afirmó Héctor Daer, secretario general de la CGT, durante una conferencia de prensa. La jornada comenzará con una marcha al Congreso junto a jubilados a las 15:00 del miércoles, seguida de un paro total el jueves. El objetivo: presionar al Ejecutivo por paritarias libres, aumentos a jubilados y una política económica que, según los sindicatos, “asfixia” a los trabajadores.
Impacto en La Plata y la Provincia
El paro golpeará con fuerza los servicios públicos y privados en la región. En La Plata, las aulas de escuelas públicas y facultades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) quedarán prácticamente vacías, ya que los gremios docentes y no docentes adhieren masivamente. “Sin transporte y con la adhesión de auxiliares, será imposible garantizar clases”, adelantó una fuente del sector educativo.
Los hospitales públicos, como el San Martín o el Gutiérrez, operarán con guardias mínimas y atención reducida, afectando consultas y cirugías programadas. “Solo atenderemos emergencias”, confirmó un representante de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (CICOP), que también se suma a la protesta. En tanto, ministerios y oficinas administrativas bonaerenses funcionarán con personal mínimo, dejando trámites y gestiones en suspenso.
El sector bancario no será la excepción: la Asociación Bancaria anunció que no habrá atención al público en entidades públicas ni privadas, restringiendo operaciones a cajeros automáticos y home banking. “Es un día perdido para muchos usuarios”, lamentó un vecino de Tolosa que planeaba realizar gestiones en el Banco Provincia.
Por su parte, la ausencia de trenes, con la adhesión de los cuatro sindicatos ferroviarios, paralizará la movilidad entre La Plata y el AMBA, afectando a miles de trabajadores que dependen del Tren Roca. Sin embargo, la continuidad de los colectivos mitiga el impacto total, permitiendo cierta circulación en una ciudad que, de otro modo, quedaría casi inmovilizada.
Colectivos: el salvavidas que el Gobierno celebra
La decisión de la UTA de no plegarse al paro, tras aceptar una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, es un triunfo parcial para el gobierno de Milei. “Los que quieran trabajar podrán hacerlo”, destacó un vocero oficial, subrayando que la disponibilidad de micros debilitará la protesta. Esta excepción, sin embargo, no alcanza al interior de la Provincia, donde algunos gremios locales podrían sumarse al paro, dejando sin transporte a varias ciudades.
En La Plata, la Terminal de Ómnibus de 4 y 42 verá un movimiento inusual, con pasajeros buscando alternativas para viajar a Buenos Aires o el interior. “Sin trenes, los micros serán la única opción, pero no sé si alcanzan”, comentó Ana, una estudiante de la UNLP que planea regresar a su casa en Chascomús.
Comercios y servicios: entre la apertura y el abandono
Mientras el transporte de cargas y la recolección de residuos se detendrán el jueves por la adhesión de Camioneros, los comercios y estaciones de servicio funcionarán a media máquina. Algunos locales gastronómicos y negocios minoristas podrían cerrar por falta de personal, aunque otros, especialmente en el centro platense, intentarán abrir sus puertas. “Depende de si mis empleados pueden llegar”, explicó un comerciante de calle 7.
Reacciones y tensiones
El Gobierno nacional, encabezado por Milei, confía en que la circulación de colectivos reste fuerza a la huelga, pero la CGT apuesta por una demostración masiva de descontento. “Es el tercer paro en poco más de un año de gestión; el malestar es evidente”, analizó un dirigente sindical local. En tanto, el Ejecutivo evalúa no descontar el día a estatales que no asistan, reconociendo las dificultades de traslado.
Para los habitantes de La Plata y la Provincia, estas 36 horas serán un desafío logístico y económico. Con trenes parados, bancos cerrados, clases suspendidas y hospitales a medio funcionar, los micros emergen como el único hilo conductor en un escenario de protesta y tensión. Mientras la CGT redobla su apuesta con una movilización prevista para el 1° de mayo, la pregunta persiste: ¿hasta dónde escalará este enfrentamiento entre sindicatos y Gobierno?