El proyecto de la Municipalidad de La Plata para avanzar con el enrejado perimetral del Paseo del Bosque abrió un nuevo foco de conflicto en la ciudad. Organizaciones ambientalistas advirtieron que la iniciativa es costosa, carece de difusión pública y no cumple con los requisitos legales que rigen sobre uno de los espacios verdes más emblemáticos de La Plata.
La crítica fue encabezada por la ONG Nuevo Ambiente, que rechazó el cierre total del principal pulmón verde urbano y puso el foco en la falta de planificación ambiental previa. El plan forma parte de la restauración integral que impulsa la gestión del intendente Julio Alak, con vistas a los próximos años.
Un espacio protegido por ley
Uno de los puntos centrales del cuestionamiento es el marco legal. El Paseo del Bosque está protegido por la Ley provincial 13.593, que lo declara Paisaje Protegido. Esa normativa establece que cualquier intervención de gran escala debe estar precedida por un Plan de Manejo Ambiental, con criterios técnicos, evaluación de impacto y participación ciudadana.
Desde Nuevo Ambiente señalaron que ese instrumento no fue presentado ni discutido públicamente. En ese contexto, calificaron el enrejado como una obra “innecesaria y millonaria”, impulsada sin cumplir los pasos obligatorios que exige la legislación vigente.
Además, recordaron que en marzo ya habían advertido formalmente al Municipio —junto a otras organizaciones— sobre el deterioro progresivo del predio, al que atribuyen al abandono tanto municipal como provincial.
El valor ambiental y cultural del Bosque
Las organizaciones ambientalistas remarcaron el rol estratégico del Bosque para la ciudad. Con unas 60 hectáreas, el predio concentra una biodiversidad relevante y cumple una función ambiental, educativa y cultural clave para La Plata y la región.
En su interior funcionan facultades de la Universidad Nacional de La Plata, el Bioparque, el Museo de Ciencias Naturales y el Teatro del Bosque, entre otros espacios históricos.
Desde la ONG aclararon que no se oponen a las mejoras ni a la puesta en valor del lugar. Por el contrario, señalaron la necesidad de ordenar senderos, regular la circulación vehicular, fortalecer las bicisendas y proteger el patrimonio forestal. El desacuerdo aparece cuando la solución se reduce al cierre perimetral. “El enrejado no es la respuesta”, advirtieron.
Seguridad, inversión y contradicciones
El principal argumento del Ejecutivo local para avanzar con el cercado es la mejora de la seguridad. Sin embargo, desde el sector ambiental sostienen que ese no puede ser el único criterio para gestionar un espacio de estas características.
El debate también incluye el aspecto económico. El presupuesto estimado para el conjunto de las obras ronda los 6 mil millones de pesos e incluye, además del enrejado, la reorganización de accesos, cambios en la circulación interna, el ensanchamiento de la calle 50 para convertirla en avenida y la relocalización de dependencias como la Policía Científica y viviendas precarias.
Incluso aparecen contradicciones dentro del propio Municipio. Meses atrás, funcionarios comunales habían descartado el enrejado de plazas y espacios verdes de uso público. Ahora, el Bosque vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el modelo de ciudad y el uso del espacio público.
Pedido de información y debate abierto
Ante este escenario, Nuevo Ambiente anunció que presentará un pedido de acceso a la información pública ambiental para conocer detalles del proyecto y convocará a especialistas para debatir alternativas de preservación y mejora.
El enrejado del Paseo del Bosque se suma así a una serie de decisiones urbanas que generan discusión en La Plata y deja abierta una pregunta de fondo: cómo intervenir el principal espacio verde de la ciudad sin resignar acceso, patrimonio ambiental ni participación ciudadana.
