El expresidente se retiró molesto de la residencia oficial luego de que Milei confirmara cambios en el Gabinete sin previo aviso. La salida de Guillermo Francos y el ascenso de Manuel Adorni tensaron el vínculo entre ambos.
La cena entre Mauricio Macri y Javier Milei en la Quinta de Olivos, celebrada el viernes por la noche, prometía ser un gesto de acercamiento tras las elecciones legislativas. Pero terminó en un episodio de distanciamiento. Según fuentes cercanas al expresidente, Macri se sintió “ninguneado” y vivió el encuentro como una “profunda desilusión”
La reunión, que incluyó también a Karina Milei, se dio en paralelo al anuncio de la salida de Guillermo Francos de la Jefatura de Gabinete. El reemplazo por Manuel Adorni, vocero presidencial y hombre de extrema confianza de Karina, fue interpretado por Macri como una señal de cierre, no de apertura.
Cambios sin consulta: el detonante del malestar
Durante la cena, Milei le comunicó a Macri que Francos sería desplazado y que Adorni asumiría como nuevo ministro coordinador. La decisión, tomada sin consulta previa, cayó mal en el entorno del líder del PRO, que valoraba la figura de Francos como interlocutor político y puente con el Congreso.
Macri había llegado a Olivos con expectativas moderadas, pero se fue sin declaraciones y visiblemente molesto. “Fue una cena incómoda, con anuncios que no estaban en agenda”, deslizaron fuentes cercanas al expresidente minutouno.com.
Rumbo incierto: ¿fin de la alianza táctica?
La relación entre Macri y Milei, marcada por fluctuaciones desde el inicio de la gestión libertaria, parece haber entrado en una nueva fase. Aunque el expresidente había respaldado al gobierno en sus primeros dos años, los últimos movimientos del Presidente —más verticales y concentrados en su núcleo duro— generan distancia.
Desde el PRO advierten que “no hay garantías de gobernabilidad si se cierran los canales de diálogo”. Y aunque no hay ruptura formal, el vínculo político entre ambos líderes quedó visiblemente dañado.
Lectura estratégica: Milei se afirma, Macri se repliega
La cena en Olivos dejó en evidencia dos estilos de conducción: uno más cerrado y vertical, el otro más institucional y negociador. Mientras Milei refuerza su núcleo con Karina y Adorni, Macri evalúa su rol en un escenario donde su influencia parece diluirse.
La “profunda desilusión” no es solo personal: marca el inicio de una nueva etapa en la relación entre La Libertad Avanza y el PRO, con impacto directo en la dinámica parlamentaria y en los futuros acuerdos políticos.


