El frente impulsado por seis gobernadores busca consolidar un bloque legislativo propio con entre 17 y 20 diputados. Florencio Randazzo encabeza la nómina en Buenos Aires, acompañado por Stolbizer y Monzó. Federalismo, gestión y centro político como bandera.
La alianza Provincias Unidas, conformada por seis gobernadores —Claudio Vidal (Santa Cruz), Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Sáenz (Salta)— oficializó listas propias en 16 distritos para las elecciones legislativas del 26 de octubre. El objetivo: conseguir entre 17 y 20 bancas en Diputados y conformar un bloque parlamentario autónomo que les permita negociar con peso propio en el Congreso.
La coalición se presenta como una alternativa de centro frente a los extremos representados por La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Sus voceros insisten en que el espacio se construye sobre experiencia de gestión, vocación federal y foco en la producción, con un discurso que busca captar al electorado desencantado con la grieta.
Buenos Aires: Randazzo, Stolbizer y Monzó, tridente de centro
En la estratégica provincia de Buenos Aires, Florencio Randazzo encabeza la lista de Provincias Unidas, secundado por Margarita Stolbizer y Emilio Monzó. La nómina reúne figuras del peronismo moderado y el radicalismo disidente, con trayectoria legislativa y ejecutiva, que buscan representar un perfil institucionalista y dialoguista.
La elección bonaerense será clave para el armado del bloque: si logran ingresar al menos tres diputados desde este distrito, el frente podría consolidar su aspiración de alcanzar entre 25 y 30 legisladores sumando aliados.
Gestión, territorio y discurso moderado
Entre los puntos fuertes del frente se destacan:
- Gobernadores con votos propios y capacidad territorial.
- Narrativa federalista que interpela a provincias históricamente relegadas.
- Perfil de centro político, con figuras que apelan al consenso y la gobernabilidad.
- Experiencia en gestión pública, tanto provincial como nacional.
Este posicionamiento les permite diferenciarse de los discursos disruptivos y polarizantes, y captar a un electorado que busca estabilidad y representación territorial.
Baja instalación nacional y riesgo de dispersión
Sin embargo, el frente también enfrenta desafíos:
- Escasa visibilidad nacional fuera de sus provincias de origen.
- Dificultad para consolidar una identidad común entre perfiles diversos.
- Riesgo de fragmentación si no logran resultados sólidos en octubre.
- Competencia directa con otros espacios de centro, como Hacemos Coalición Federal.
La clave estará en convertir la gestión provincial en capital político nacional, y en sostener una narrativa coherente que trascienda lo electoral.
¿Un nuevo actor en el Congreso?
Si Provincias Unidas logra su objetivo, podría convertirse en un actor clave en la gobernabilidad legislativa, especialmente en un escenario de fragmentación parlamentaria. Con vocación de bloque propio, los gobernadores buscan negociar desde la fuerza territorial, y no desde la subordinación partidaria.
La elección de octubre será el primer test de esta estrategia. Y Buenos Aires, con Randazzo al frente, el termómetro más sensible.