Por tercer mes consecutivo, el mercado ajustó hacia arriba sus proyecciones de inflación. De acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, los analistas privados estiman ahora que la suba de precios alcanzará el 31,8% en 2025, lejos del 23,2% que preveían a comienzos del año.
La nueva cifra, difundida en la edición de mayo del REM, refleja un incremento de 4,3 puntos porcentuales respecto al informe anterior. El cambio responde en gran medida a la subestimación del dato de inflación de marzo, cuando las consultoras esperaban un 2,5% o 2,6% mensual y terminó siendo del 3,7%. Ese salto también impactará en los registros de abril, que se conocerán este miércoles.
Según el promedio de las consultoras, la inflación de abril se ubicaría ahora entre el 3,1% y 3,2%, muy por encima del 2,2% que proyectaban apenas un mes atrás. Incluso los pronosticadores más certeros del REM corrigieron sus estimaciones en al menos un punto.
El escenario complica las aspiraciones del Gobierno nacional de consolidar una desinflación rápida. A principios de año se hablaba de una inflación mensual por debajo del 2% hacia abril o mayo. Hoy, esa posibilidad aparece más lejos y se traslada, con suerte, a agosto.
Pese a que el Banco Central destaca que se mantiene una trayectoria descendente tanto en el índice general como en la inflación núcleo, la curva de desaceleración se estira y empieza a chocar con los tiempos políticos: llegar a las elecciones de medio término con una inflación controlada se convierte en un objetivo cada vez más difícil.
El informe del REM se elaboró entre el 28 y el 30 de abril, con la participación de 41 consultoras, centros de estudios económicos y entidades financieras. A pesar del optimismo que generó en los mercados la reciente flexibilización del cepo —más moderada de lo que se temía—, las proyecciones inflacionarias no reflejan aún ese cambio de clima.
Incluso hay consultoras que se despegan de la media y prevén un IPC para abril por debajo del 3%, en línea con los dichos del ministro de Economía, Luis Caputo, quien anticipó un dato en torno a ese valor.
En paralelo, el mercado también revisó al alza sus expectativas sobre el dólar oficial. Si bien se mantiene dentro de la banda de flotación definida por el Gobierno, el nuevo REM estima un valor de $1322 para fin de año, frente a los $1253 calculados en abril. El ajuste implicaría una suba anual del 29,5%, un 6,8% más de lo previsto hace apenas un mes.
Respecto a las tasas de interés, no se esperan grandes sobresaltos a corto plazo. La Tasa de Política Monetaria (TAMAR) de bancos privados se ubicaría en mayo en torno al 34,1% nominal anual (equivalente a una tasa efectiva mensual de 2,8%) y seguiría bajando gradualmente hasta llegar al 27% a fin de año (2,2% efectiva mensual).
Por el lado de la actividad económica, las proyecciones son más optimistas. El mismo día en que se conocieron caídas intermensuales en sectores clave como la industria y la construcción durante marzo, el REM estimó un crecimiento anual de entre 5,1% y 5,4% para 2025, por encima del 4,5% que se manejaba a comienzos del año.
Según el informe, el Producto Interno Bruto (PIB) habría crecido 1,7% en el primer trimestre respecto al cuarto de 2024, y seguiría avanzando a un ritmo moderado del 0,4% y 0,6% en los dos trimestres siguientes.
Contexto local: qué significa esto para La Plata y la región
Para los platenses, una inflación más alta implica una presión adicional sobre el poder adquisitivo, que ya se ve resentido por la pérdida real de salarios y la suba sostenida en el costo de vida. Con un nivel de desempleo en el Gran La Plata que ronda el 8,5%, el escenario económico nacional impacta de lleno en el consumo, la obra pública y el comercio local. Además, la expectativa de un dólar más caro puede repercutir en aumentos de productos importados y en insumos clave para la producción regional.