El pulso económico de la Argentina volvió a encender luces de advertencia en noviembre. Por cuarto mes consecutivo, la recaudación tributaria nacional registró una caída real interanual, mientras que las consultoras privadas anticipan que la inflación volvió a ubicarse por encima del 2% mensual, impulsada por aumentos en tarifas y una nueva suba en el precio de la carne.
Según datos oficiales de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), los recursos totales alcanzaron los $15,6 billones en noviembre, con un crecimiento nominal del 19,7% frente al mismo mes del año pasado. Sin embargo, la cifra quedó nuevamente por debajo de la inflación, consolidando una tendencia negativa en términos reales.
Desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) precisaron que la recaudación habría retrocedido un 8,7% real interanual. “Se trata de la cuarta caída consecutiva”, explicó su presidente, Nadin Argañaraz, y agregó que si se descuentan los tributos vinculados al comercio exterior, la contracción rondaría el 3,6%.
ARCA atribuyó este comportamiento, en parte, a una comparación distorsionada: noviembre de 2024 había sido excepcionalmente alto por el ingreso de fondos extraordinarios, como pagos anticipados de Ganancias y Bienes Personales, la moratoria impositiva, la vigencia del Impuesto PAIS y los aportes por regularización de activos. Sin esos recursos atípicos —señalan desde el organismo—, la recaudación de este año habría mostrado una suba cercana al 29% interanual.
Impuestos con comportamientos dispares
El detalle por tributo expuso una dinámica heterogénea. El IVA neto sumó más de $5,46 billones, con una mejora del 27,9%, mientras que Ganancias recaudó $3,35 billones (+27,7%), favorecido por el cierre del ejercicio fiscal de numerosas empresas.
El impuesto al cheque avanzó 24,4%, aunque incidió la existencia de un día hábil menos que en 2024. Los aportes a la Seguridad Social crecieron 29,8%, impulsados por el aumento del salario promedio formal.
En contraste, el comercio exterior mostró fuertes desequilibrios: los derechos de exportación se desplomaron 59,3%, mientras que los de importación treparon casi 60%. Bienes Personales volvió a representar un punto crítico, con una caída superior al 50% interanual, y el impuesto a los combustibles creció por encima del 53% tras las actualizaciones de alícuotas.
Para los economistas, más allá de la explicación técnica por la base de comparación, el encadenamiento de meses en baja refleja un problema más profundo: menor nivel de actividad, debilidad en la capacidad contributiva y menor margen fiscal para el Estado en un escenario todavía ajustado.
La inflación no afloja
En paralelo, noviembre mostró que la desaceleración inflacionaria continúa con dificultades. Las principales consultoras privadas estimaron un Índice de Precios al Consumidor (IPC) ubicado entre 2,3% y 2,5% mensual, en línea o incluso por encima del registro de octubre.
Las subas en tarifas de electricidad, gas y transporte, junto con el incremento en el precio de la carne, explicaron buena parte de la presión sobre los precios. Eco Go y Equilibra ubicaron la inflación en torno al 2,5%, destacando que los alimentos —en especial los cortes vacunos— tuvieron variaciones superiores al promedio general.
En el Gran Buenos Aires, la consultora C&T midió un 2,4%, combinando el impacto del aumento de la carne, ajustes en servicios regulados y efectos puntuales como el Cyber Monday, que moderó precios en rubros vinculados a electrodomésticos durante algunas semanas.
Otras mediciones, más moderadas, como LCG, Analytica y Libertad y Progreso, coincidieron en un nivel cercano al 2,3%. Esta última estimó que la inflación acumulada en el año rondaría el 27,7%, con una variación interanual de aproximadamente 31,2%, marcando una desaceleración prolongada pero todavía lejos de una estabilidad plena.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central había proyectado para noviembre un 1,9%, aunque las estimaciones se elaboraron antes de la última ronda de ajustes tarifarios. El dato oficial del Indec se conocerá el próximo 11 de diciembre.
Precios atrasados y tensión futura
Mientras tanto, consultoras como Invecq advirtieron que subsiste una “inflación reprimida” cercana a los 4,2 puntos, principalmente en servicios públicos. Sectores como energía, gas, transporte, telefonía y combustibles mantienen rezagos de entre 20% y 40% respecto de niveles históricos.
En este marco, durante las últimas semanas se autorizaron nuevos aumentos: un 14,8% en los colectivos de la provincia de Buenos Aires —impacto directo para el bolsillo de los usuarios del Gran La Plata—, subas cercanas al 4% en transporte y peajes porteños, y un ajuste promedio del 2,8% en las facturas de luz y gas.
El cierre de 2025 deja así un doble frente de preocupación: una recaudación que sigue sin mostrar recuperación real y una inflación que se mantiene por encima del objetivo oficial. En ciudades como La Plata, donde el impacto de tarifas y alimentos se siente con fuerza en los ingresos familiares, el escenario refuerza la percepción de que la estabilización aún no se traduce plenamente en alivio cotidiano.
