Lunes 3 de noviembre de 2025
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Reforma laboral: los datos que agravan la crisis del empleo joven

El Gobierno insiste en “modernizar” la legislación laboral con la promesa de generar más puestos de trabajo. Sin embargo, las cifras oficiales y privadas muestran un escenario opuesto: la desregulación profundiza la precarización y golpea con más fuerza a los jóvenes, donde la desocupación duplica la media nacional.

El Ejecutivo sostiene que la reforma laboral es clave para atraer inversiones y formalizar empleo. Bajo esa premisa, impulsa cambios en la Ley de Contrato de Trabajo, flexibilización de convenios y nuevas modalidades de contratación. Sin embargo, los datos de los últimos dos años muestran una pérdida de más de 200.000 empleos registrados, con especial impacto en el sector privado.

Lejos de revertir la informalidad, la tendencia marca un aumento de la precarización laboral, con contratos temporales, pasantías extendidas y figuras “independientes” que encubren relaciones de dependencia.

El empleo joven, el más golpeado

El segmento de 18 a 29 años es el que más sufre las consecuencias. La tasa de desocupación juvenil duplica la media general, y en algunos cordones urbanos llega a superar el 20%. A esto se suma la proliferación de empleos de baja calidad: deliverys, call centers y plataformas digitales que ofrecen ingresos inestables y sin cobertura social.

Los especialistas advierten que la reforma, en lugar de abrir oportunidades, consolida un mercado laboral fragmentado, donde los jóvenes quedan atrapados en la rotación de empleos precarios sin posibilidad de estabilidad ni proyección.

Precarización y desigualdad

La flexibilización también impacta en la brecha de género. Las mujeres jóvenes enfrentan mayores niveles de desempleo y subocupación, especialmente en sectores de servicios y cuidados, donde la informalidad es la norma.

Además, la reducción de indemnizaciones y la posibilidad de contratos más cortos generan un clima de inestabilidad estructural, que desalienta la planificación a largo plazo y debilita el poder de negociación sindical.

El trasfondo político y social

El Gobierno defiende la reforma como una herramienta de “modernización” y competitividad. Sin embargo, los datos revelan que la desregulación no garantiza más empleo, sino que profundiza la crisis existente.

En este contexto, sindicatos, organizaciones estudiantiles y movimientos sociales advierten que la reforma laboral puede consolidar una generación de trabajadores sin derechos plenos, marcada por la precariedad y la incertidumbre.

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