El Gobierno libertario atraviesa una nueva crisis interna. Guillermo Francos presentó su renuncia como jefe de Gabinete y será reemplazado por Manuel Adorni, el vocero presidencial y dirigente de extrema confianza de Karina Milei.
La salida de Francos, que se concretó este viernes por la noche, se dio mientras Javier Milei cenaba con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. Con su reemplazo, la hermana del Presidente consolida su poder dentro del círculo más cercano y deja al PRO fuera del nuevo armado.
Una renuncia que venía cantada
Francos anunció su salida en redes sociales con un mensaje en el que reconoció las “versiones persistentes” sobre cambios en el gabinete. En su carta, dirigida a Milei, aseguró que su renuncia busca “dejar al Presidente sin condicionamientos para la nueva etapa del Gobierno”.
El ahora exjefe de Gabinete no ocupará otro cargo. En su entorno reconocen el desgaste que generaron las tensiones con Santiago Caputo, el principal asesor presidencial, que desde hace meses reclamaba más poder político y una posición formal dentro del gabinete.
Minutos después, también renunció Lisandro Catalán, ministro del Interior y hombre de confianza de Francos. Ambos habían sido los encargados del diálogo con los gobernadores, una función que ahora pasará a Caputo.
Santiago Caputo gana poder dentro del Gobierno
El “arquitecto” de la campaña libertaria venía ejerciendo una influencia cada vez mayor. Ahora, Milei planea ubicarlo al frente del Ministerio del Interior, con control sobre Obras Públicas y Transporte.
Caputo busca concentrar en sus manos la relación con las provincias y los recursos clave para negociar políticamente. Hasta ahora, ya manejaba áreas sensibles como Justicia, ARCA y la SIDE.
Su incorporación formal consolida un gabinete cada vez más cerrado, dominado por el “triángulo de hierro” que integran Milei, Karina y Caputo.
Adorni, el nuevo jefe de Gabinete de Karina Milei
El reemplazante de Francos, Manuel Adorni, es una figura cercana al núcleo presidencial. Fiel a Karina Milei desde los inicios de La Libertad Avanza, ya trabajaba desde las oficinas de Jefatura y era considerado uno de los voceros más alineados con la Casa Rosada.
Tras conocerse su designación, Adorni publicó:
“Es un honor y una verdadera responsabilidad continuar con el enorme trabajo que llevaba adelante Guillermo Francos”.
Su nombramiento refuerza la influencia de Karina Milei en el esquema de poder y le otorga a Adorni un rol político que excede la comunicación gubernamental.
Un gabinete sin el PRO
Con esta reconfiguración, Milei rompe definitivamente con la idea de un “gabinete de coalición”. Las salidas de Patricia Bullrich, Luis Petri y Mariano Cúneo Libarona dejan al PRO sin representación ministerial.
El nuevo esquema que se analiza en Balcarce 50 quedaría así:
- Jefatura de Gabinete: Manuel Adorni
- Ministerio del Interior: Santiago Caputo
- Ministerio de Seguridad: Alejandra Monteoliva (en reemplazo de Bullrich)
- Ministerio de Justicia: Sebastián Amerio
- Vocería Presidencial: Javier Lanari
En paralelo, se prevé que Guillermo Francos sea designado embajador en Ginebra, mientras Bullrich encabezará el bloque de La Libertad Avanza en el Senado.
Milei busca control y lealtad absoluta
El Presidente decidió acelerar los cambios tras las elecciones del 26 de octubre, que golpearon al oficialismo y reavivaron las tensiones internas.
Fuentes cercanas al Ejecutivo afirman que Milei quiere un gabinete “puro”, integrado solo por funcionarios de su entorno directo. La prioridad será avanzar con las reformas laboral, tributaria y previsional, temas que el Gobierno comprometió ante Washington.
El reordenamiento también deja a Karina Milei como figura central en la estructura de poder, mientras Caputo se perfila como el verdadero operador político con las provincias.
Un gobierno cada vez más concentrado
La salida de Francos y el ascenso de Adorni y Caputo marcan el fin de la convivencia con el PRO y consolidan un nuevo equilibrio interno: el de los Milei controlando el poder formal y Caputo manejando la rosca.
El desafío que se abre ahora para el Presidente será mantener la estabilidad política en medio de un gabinete reducido, una economía aún en tensión y una interna que, lejos de cerrarse, se reacomoda con cada movimiento.


