Cristian Ritondo admitió avances en una alianza estratégica con La Libertad Avanza para disputar la provincia en 2025. ¿Podrán PRO y libertarios unirse contra el kirchnerismo sin romperse en el intento? Descubrí los detalles de un acuerdo que promete sacudir el tablero político bonaerense.
En un contexto político marcado por la polarización y la búsqueda de alianzas electorales, el diputado nacional y líder del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, confirmó que las negociaciones con La Libertad Avanza (LLA) avanzan con “buena predisposición” de cara a las elecciones del 13 de julio en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, el camino hacia un acuerdo definitivo no está exento de obstáculos, ya que ambas fuerzas buscan imponer sus condiciones en un escenario donde el objetivo común es desplazar al gobernador Axel Kicillof y al kirchnerismo del poder.
Un acuerdo necesario, pero en etapa inicial
En una entrevista radial con Rivadavia AM 630, Ritondo destacó la necesidad de un frente unificado para enfrentar al peronismo en la provincia más poblada de Argentina. “La unión es necesaria. El cambio necesita ser sólido”, afirmó, subrayando que el PRO y LLA comparten en un 70% la visión sobre el futuro del país y las reformas que Buenos Aires requiere. Sin embargo, el legislador fue cauto al señalar que las conversaciones se encuentran en una “etapa inicial” y que el principal desafío es acordar “qué tipo de provincia se quiere para el futuro”.
Las declaraciones de Ritondo llegan en un momento clave. A cuatro meses de los comicios bonaerenses, la suspensión de las PASO en la provincia otorga a los partidos un margen más amplio para negociar estrategias y listas. Este escenario beneficia al PRO, que busca capitalizar su fuerte estructura territorial frente a la menor presencia de LLA en los municipios. “Vamos a hacer valer la territorialidad que tiene el PRO”, sentenció Ritondo, dejando claro que su partido no está dispuesto a ceder todo el protagonismo a los libertarios.
Lecciones del pasado y autocrítica
Uno de los puntos más destacados de la intervención de Ritondo fue su autocrítica sobre el desempeño del PRO en las elecciones de 2023. “La pelea interna privó al PRO de ser gobierno”, admitió, refiriéndose a las divisiones que debilitaron al partido en las PASO y facilitaron la reelección de Kicillof. Esta reflexión parece ser el motor de su apuesta por la unidad con LLA, ya que, en sus palabras, “la gente no se perdonaría que le dejemos nuevamente la provincia servida a Kicillof”.
La advertencia de Ritondo refleja un temor compartido en el arco opositor: un peronismo unificado, liderado por Kicillof, podría aprovechar las fisuras entre el PRO y LLA para consolidar su hegemonía en la provincia. Por ello, el diputado insiste en que cualquier acuerdo debe incluir a todos los sectores con peso territorial, evitando que la alianza se convierta en una absorción del PRO por parte de los libertarios.
Tensiones y puntos de fricción
A pesar de la “buena predisposición” mencionada por Ritondo, las negociaciones no están exentas de tensiones. Uno de los principales puntos de fricción es la conformación de las listas legislativas. Según fuentes cercanas al armado electoral, LLA insiste en que el economista José Luis Espert ocupe el primer lugar en la boleta, lo que relegaría a figuras clave del PRO. Esta demanda choca con la postura de Ritondo, quien defiende la “buena gestión” de su partido en los municipios y prioriza la defensa de la gobernabilidad distrital.
Otro obstáculo es la relación entre los liderazgos de ambos espacios. La escalada de tensiones entre Mauricio Macri, líder histórico del PRO, y Karina Milei, armadora política de LLA, ha complicado las negociaciones. Macri, escéptico sobre los “gestos” de acercamiento de LLA, busca un acuerdo de cúpulas que respete la identidad y la historia del PRO, mientras que LLA apuesta por incorporar dirigentes amarillos de manera individual, sin ceder el control de la boleta. Ritondo, en un delicado equilibrio, actúa como mediador entre ambos sectores, consciente de que el éxito de la alianza depende de deponer actitudes personales.
El rol de Ritondo y la estrategia del PRO
Como presidente del PRO bonaerense, Ritondo se posiciona como el principal artífice de esta alianza. Su estrategia combina pragmatismo y defensa de los intereses partidarios. Por un lado, reconoce la necesidad de un “frente complejo y comprometido con el cambio” para derrotar al kirchnerismo; por otro, insiste en que el PRO no se diluirá en LLA. “No entregaremos el sello”, afirmó en una reunión reciente con intendentes y legisladores, según fuentes del partido.
El PRO cuenta con una ventaja significativa: su red de intendentes, concejales y legisladores en la provincia, que incluye figuras como Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Soledad Martínez (Vicente López) y Pablo Petrecca (Junín). Esta estructura contrasta con la limitada presencia territorial de LLA, lo que posiciona al PRO como un socio indispensable, pero también genera resistencias internas entre aquellos que temen perder identidad en una alianza desigual.
Implicancias para el escenario electoral
La posible alianza entre el PRO y LLA no solo definirá el futuro político de la provincia, sino que también podría sentar un precedente para acuerdos a nivel nacional. Ritondo lo sabe y, por ello, enfatiza la importancia de un “cambio urgente” en materia de seguridad y educación, dos de los principales reclamos de los bonaerenses. “No queremos una motosierra, queremos una topadora”, declaró, en alusión a la necesidad de reformas estructurales profundas.
Sin embargo, el éxito de esta alianza dependerá de la capacidad de ambos partidos para superar sus diferencias y presentar un proyecto coherente. En el horizonte, la figura de Kicillof se alza como un adversario formidable, respaldado por un peronismo que, aunque fracturado, mantiene una base electoral sólida. La reciente aprobación de un proyecto que permite la reelección indefinida de legisladores provinciales, impulsado por sectores cercanos a Cristina Kirchner, refuerza la posición del oficialismo.
Un futuro incierto
A medida que las negociaciones avanzan, el rol de Ritondo será crucial para mantener la cohesión interna del PRO y garantizar que el acuerdo con LLA no implique una subordinación. Su mensaje es claro: la prioridad es el futuro de la provincia, y cualquier alianza debe estar al servicio de ese objetivo. “Estamos trabajando con responsabilidad”, aseguró, consciente de que el electorado no perdonará errores que perpetúen al kirchnerismo en el poder.
En un escenario donde la unidad opositora es tanto una oportunidad como un desafío, la crónica de este acuerdo en gestación refleja la complejidad de la política bonaerense. Con el reloj electoral en marcha, Ritondo y sus aliados tienen la tarea de transformar la “buena predisposición” en un frente electoral competitivo. El resultado de estas negociaciones no solo marcará el rumbo de la provincia, sino que también definirá el lugar del PRO y LLA en el tablero político argentino de cara a 2025.