La presidenta del Instituto Cultural bonaerense y referente de La Cámpora salió al cruce de Héctor Daer tras sus críticas a Cristina Kirchner por bailar en el balcón durante la derrota electoral. Con un mensaje directo, defendió a la exmandataria y cuestionó la pasividad de la CGT frente al gobierno de Javier Milei.
El domingo de la derrota electoral del peronismo, Cristina Kirchner apareció en el balcón de su domicilio —donde cumple prisión domiciliaria— y bailó junto a militantes que la acompañaban. El gesto, en un clima de desazón en el búnker de Fuerza Patria en La Plata, sorprendió incluso a dirigentes de peso dentro del movimiento obrero.
Héctor Daer, cosecretario general de la CGT y referente del gremio de la Sanidad, no ocultó su malestar. En declaraciones radiales sostuvo: “Una cosa es saludar y otra es bailar. No le cayó bien a nadie. Estábamos perdiendo la elección”, marcando distancia con la actitud de la exmandataria.
La respuesta camporista: “Baila porque quiere”
Las palabras de Daer no tardaron en encontrar réplica. Desde La Cámpora, la voz que salió al cruce fue la de Florencia Saintout, presidenta del Instituto Cultural bonaerense y dirigente cercana a Máximo Kirchner.
En un mensaje publicado en X, Saintout defendió a la expresidenta con una frase contundente: “Baila porque quiere”. Y agregó: “Por si no se enteraron, Cristina está presa por defender a los trabajadores, sus salarios, sus jubilaciones y sus derechos”, en un claro dardo hacia la conducción de la CGT, cuestionada por su inacción frente al gobierno de Javier Milei.
Un tiro por elevación a la CGT
La réplica de Saintout no solo buscó blindar a Cristina Kirchner, sino también exponer la falta de protagonismo sindical en un contexto de ajuste y reformas laborales. “Los opinadores sobran: hacen falta más sindicalistas que se animen a lo mismo”, remató la funcionaria, en un mensaje que resonó como un desafío directo a la central obrera.
Una interna que se recalienta
El cruce entre Daer y Saintout refleja la tensión latente entre la CGT y La Cámpora, dos espacios que históricamente han convivido con recelos dentro del peronismo. Mientras el sindicalismo tradicional busca preservar su lugar en la mesa de negociación, el kirchnerismo duro intenta capitalizar la figura de Cristina como símbolo de resistencia, incluso en medio de la adversidad electoral.
El episodio del “baile en el balcón” se convirtió así en mucho más que una anécdota: expuso las diferencias estratégicas y discursivas de un peronismo que, tras la derrota, debate cómo reconfigurarse frente al avance de La Libertad Avanza y la ofensiva de Milei sobre derechos laborales.


