Mario Secco, líder del kicillofismo, retó a Cristina Kirchner a medirse en las urnas con una frase que enciende la interna: «A ver quién tiene más votos». Las tensiones con Máximo Kirchner y el desdoblamiento electoral bonaerense desatan un terremoto político. ¿El fin de la unidad en Unión por la Patria?
Mario Secco, intendente de Ensenada y figura clave del kicillofismo, ha lanzado un desafío directo a Cristina Kirchner, líder indiscutida del peronismo en las últimas décadas. En declaraciones a Radio Provincia, Secco afirmó estar dispuesto a competir como candidato testimonial si la ex presidenta decide presentarse en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, desatando una tormenta en el seno de Unión por la Patria (UxP). «Cristina tiene todo el derecho de presentarse, como yo tengo todo el derecho de ponerme de primer concejal y nos medimos a ver quién tiene más votos», disparó, confirmando un adelanto exclusivo de La Política Online (LPO).
El contexto no podría ser más tenso. La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales del 7 de septiembre de las nacionales del 26 de octubre ha fracturado al peronismo bonaerense, enfrentando al sector liderado por el gobernador con el kirchnerismo duro, que reclama elecciones concurrentes para fortalecer su estrategia frente al gobierno de Javier Milei. En este escenario, Secco se posiciona como la punta de lanza de la línea dura del kicillofismo, un ala que, según sus pares, adopta posturas «vehementes» y «extremistas».
Un desafío que escaló rápido
El viernes, durante un encuentro de tres horas y media con intendentes aliados en la Gobernación, Kicillof intentó aplacar los ánimos y proyectar unidad. Sin embargo, fue Secco quien marcó la cancha con un discurso que no dejó lugar a dudas. «Una cosa es la unidad, otra es el amontonamiento. Terminemos de una vez y empecemos a trabajar», expresó, según fuentes presentes citadas por LPO. Su intervención fue la más contundente, dejando en claro que no teme enfrentar a Cristina en las urnas ni competir en las PASO provinciales del 13 de julio.
El intendente de Ensenada no solo desafió a la ex presidenta, sino que también expuso las grietas con Máximo Kirchner, líder de La Cámpora y figura central del cristinismo. Las tensiones entre Secco y Máximo no son nuevas, pero han alcanzado un punto crítico tras el anuncio del desdoblamiento. Mientras Cristina insiste en presentarse como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral —una zona clave del conurbano sur donde el PJ históricamente domina—, Secco y otros intendentes kicillofistas ven en esta jugada un intento de La Cámpora por controlar las listas y marginar al Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio que agrupa a los alcaldes cercanos al gobernador.
El kicillofismo se planta: ¿hacia una interna sin retorno?
La postura de Secco no es un hecho aislado. Intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza) y Andrés Watson (Florencio Varela), todos alineados con Kicillof, también han insinuado que podrían encabezar listas testimoniales si Cristina avanza con su candidatura. Este posicionamiento refleja una división profunda: mientras los intendentes del interior bonaerense abogan por el diálogo, los del conurbano sur, liderados por Secco, están dispuestos a dar batalla. «Secco es el más extremista en ese posicionamiento», confesó a LPO un jefe comunal que prefiere la cautela.
El desdoblamiento electoral, defendido por Kicillof como una medida para evitar el «caos» de combinar elecciones provinciales y nacionales, ha sido interpretado por el cristinismo como una declaración de guerra. Desde el entorno de Cristina acusan al gobernador de «romper la unidad» y ser «funcional a Milei» al diluir el impacto de una elección unificada. La respuesta de La Cámpora no se hizo esperar: Máximo Kirchner, según fuentes, habría exigido renuncias en el gabinete de Kicillof, mientras Cristina ratificó su intención de competir en la Tercera Sección, una región que aporta 18 diputados provinciales y donde su peso electoral sigue siendo imponente.
Un peronismo al borde del abismo
El desafío de Secco a Cristina no solo pone en riesgo la cohesión de UxP, sino que plantea un dilema estratégico. Por un lado, el kicillofismo busca consolidar el liderazgo de Axel como referente de la oposición al gobierno libertario, capitalizando su gestión en la provincia. Por otro, el cristinismo apuesta a la figura de Cristina para movilizar al electorado peronista y evitar una dispersión de votos que pueda beneficiar a La Libertad Avanza. «Si el peronismo va dividido, no vamos a ganar», advirtió Mariel Fernández, intendenta de Moreno y vicepresidenta del PJ, en una entrevista reciente con Infobae.
Sin embargo, la retórica de unidad choca con la realidad. En el Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, advierten que una interna abierta podría ser catastrófica. «Si vamos divididos, Milei se llevará todas las bancas en la mitad de las secciones», alertaron desde el massismo, según La Nación. Pese a los llamados a la sensatez, el clima de confrontación no da tregua, y la posibilidad de una lista de unidad parece cada vez más lejana.
Lo que viene
Con las PASO provinciales a tres meses vista, el peronismo bonaerense enfrenta un punto de inflexión. La audacia de Secco, respaldada por el kicillofismo, podría forzar una interna histórica, donde Cristina y sus aliados medirán fuerzas contra un sector que, por primera vez, se atreve a cuestionar su liderazgo. Mientras tanto, la oposición observa expectante: la Coalición Cívica, por ejemplo, ya presentó un proyecto de «Ficha Limpia» en la Legislatura bonaerense, en un guiño a limitar candidaturas como la de Cristina, aunque su aprobación parece improbable.
En este escenario de alta volatilidad, una cosa es segura: la pulseada entre Secco, Kicillof y el cristinismo no solo definirá el futuro de las listas bonaerenses, sino que marcará el rumbo del peronismo hacia 2027. Por ahora, las urnas esperan, y el desafío está lanzado.