Con el cierre de listas para las elecciones provinciales del 7 de septiembre fijado para el próximo 19 de julio, el tiempo apremia y las tensiones internas, especialmente dentro del oficialismo, están al rojo vivo.
La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires se encuentra en el centro de una tormenta política. En un año electoral clave, el Senado bonaerense debate una reforma que podría cambiar las reglas del juego: la eliminación de la restricción que prohíbe a legisladores e intendentes permanecer más de dos mandatos consecutivos en sus cargos. Con el cierre de listas para las elecciones provinciales del 7 de septiembre fijado para el próximo 19 de julio, el tiempo apremia y las tensiones internas, especialmente dentro del oficialismo, están al rojo vivo.
Un debate con 103 protagonistas en juego
Según un relevamiento reciente, 21 legisladores provinciales —9 senadores y 12 diputados— y 82 intendentes bonaerenses enfrentan el fin de sus mandatos en 2025 y 2027, respectivamente, si no se modifica la Ley 15.315, sancionada en 2016 durante la gestión de María Eugenia Vidal. Esta norma, que limita a dos los mandatos consecutivos, fue parcialmente reformada en 2021 para permitir una reelección adicional a muchos intendentes, pero el debate actual busca ir más allá: habilitar la reelección indefinida.
En el Senado, nombres de peso como Aldana Ahumada (PRO), Agustín Maspoli, Flavia Delmonte y Alejandro Celillo (UCR-Cambio Federal), Luis Vivona, Gustavo Soos, María Elena Defunchio y Gabriela Demaría (Unión por la Patria), y Daniela Reich (La Libertad Avanza) están entre los que no podrían renovar sus bancas en los comicios de septiembre sin una reforma. Entre los intendentes, figuras como Diego Valenzuela (Tres de Febrero, ex PRO, ahora en La Libertad Avanza), Jaime Méndez (San Miguel) y Sebastián Abella (Campana) también están en la lista de los 82 jefes comunales que no podrían presentarse nuevamente en 2027 si la ley no cambia.
La Reforma: Entre el consenso y la interna peronista
El proyecto para derogar la limitación de mandatos, impulsado principalmente por senadores de Unión por la Patria cercanos a Cristina Fernández de Kirchner, como Luis Vivona y Teresa García, obtuvo dictamen en la Comisión de Legislación General el pasado 30 de abril. La iniciativa argumenta que la Constitución bonaerense de 1994 no establece límites a las reelecciones, dejando la regulación en manos de la Legislatura. Sin embargo, la sesión prevista para el 22 de mayo, que prometía sellar la reforma, fue suspendida por falta de consenso interno, especialmente dentro del peronismo.
El principal punto de fricción radica en un proyecto paralelo presentado por la senadora Ayelén Durán, alineada con el gobernador Axel Kicillof, que incluye a los intendentes en la posibilidad de reelección indefinida. Mientras que el sector kirchnerista y el massismo priorizan la reelección de legisladores, concejales y consejeros escolares, el kicillofismo insiste en sumar a los jefes comunales, lo que generó un impasse. Este enfrentamiento no es nuevo: las tensiones entre Kicillof y el kirchnerismo ya se manifestaron en debates previos, como el desdoblamiento de elecciones y la gestión de la deuda provincial.
“La falta de acuerdo expone las dificultades del oficialismo para ordenar su estrategia legislativa”, señaló un análisis reciente de Punto Capital Noticias. La vicegobernadora Verónica Magario, encargada de presidir el Senado, anunció la postergación de la sesión, dejando en el aire el futuro de una reforma que podría reconfigurar el poder en la provincia.
El contexto electoral y la urgencia de los plazos
La discusión sobre las reelecciones indefinidas no ocurre en el vacío. La Legislatura bonaerense aprobó recientemente una reforma del calendario electoral que extendió los plazos entre el cierre de listas (19 de julio) y las elecciones del 7 de septiembre, atendiendo un pedido técnico de la Junta Electoral, liderada por Hilda Kogan. Esta medida, que garantiza 50 días entre el cierre de candidaturas y los comicios, y 30 días para la oficialización de boletas, busca una mejor organización tras el desdoblamiento de las elecciones provinciales respecto de las nacionales, programadas para el 26 de octubre.
Con las listas a punto de cerrarse, los legisladores enfrentan una carrera contrarreloj. Unión por la Patria, que pone en juego 19 de sus 37 bancas en Diputados y 10 de sus 21 en el Senado, busca consolidar su dominio en la Legislatura. Sin embargo, la interna entre el kicillofismo, el kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa complica la definición de candidaturas. Mientras tanto, el PRO, que arriesga 8 de sus 13 escaños en Diputados y 4 de sus 9 en el Senado, evalúa una posible alianza con La Libertad Avanza para fortalecer su posición.
Lo que viene
Con el cierre de listas a menos de dos meses, el Senado bonaerense enfrenta una encrucijada. La falta de acuerdo dentro de Unión por la Patria podría postergar la reforma hasta después de las elecciones, dejando a 21 legisladores y, eventualmente, a 82 intendentes fuera de la contienda. Mientras tanto, la oposición, liderada por el PRO y La Libertad Avanza, busca capitalizar las divisiones del oficialismo para ganar terreno en un año electoral que promete ser decisivo.
La decisión final no solo definirá quiénes podrán presentarse en los comicios del 7 de septiembre, sino que también marcará el rumbo político de la provincia más poblada del país. En un escenario donde cada día cuenta, la Legislatura bonaerense se prepara para un nuevo round en un debate que combina estrategia, poder y ambiciones de largo plazo.