El exministro de Defensa advirtió sobre la incidencia de la política internacional en los comicios argentinos y planteó los desafíos que enfrenta el peronismo de cara al futuro.
En una entrevista reciente, Jorge Taiana sorprendió con una afirmación que rápidamente se volvió tendencia: “Si no desdoblábamos las elecciones, con la ayuda de Trump, nos ganaban hasta los Concejos Deliberantes” .
La declaración no solo expuso la tensión entre la política local y la injerencia extranjera, sino que también abrió un debate sobre la estrategia electoral del peronismo en un escenario marcado por la polarización y la presión internacional.
La sombra de la intromisión extranjera
Taiana señaló que la intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue un factor determinante en el clima electoral argentino. Según el exministro, la influencia externa no se limitó a gestos diplomáticos, sino que se tradujo en apoyos explícitos y condicionamientos económicos que, de no haberse tomado la decisión de desdoblar los comicios, hubieran inclinado la balanza en favor de la oposición.
La denuncia de Taiana se suma a una larga lista de advertencias sobre cómo los alineamientos internacionalesimpactan en la política doméstica, especialmente en un país con una economía frágil y dependiente de acuerdos financieros globales.
El peronismo frente a un nuevo ciclo
Más allá de la crítica coyuntural, Taiana utilizó la ocasión para reflexionar sobre el rol del peronismo en la etapa que se abre. Reconoció que el movimiento enfrenta el desafío de reconstruir la confianza social, ampliar su base de representación y ofrecer respuestas concretas a los problemas cotidianos de los argentinos.
En su análisis, el exministro subrayó que el peronismo debe recuperar territorialidad, fortalecer la militancia en los barrios y sindicatos, y al mismo tiempo adaptarse a las nuevas dinámicas digitales que hoy definen la agenda pública. “La batalla cultural y comunicacional es tan importante como la electoral”, remarcó.
Entre la resistencia y la renovación
El testimonio de Taiana refleja una tensión histórica: la necesidad de resistir presiones externas sin perder de vista la renovación interna. Para el dirigente, el futuro del peronismo dependerá de su capacidad de articular liderazgos diversos, mantener la unidad en la adversidad y, sobre todo, conectar con las demandas sociales en un contexto de crisis económica y descontento ciudadano.


