Manuel Adorni ratificó que no habrá nueva deuda para la Provincia y exigió disciplina fiscal. El gobernador advierte que sin autorización podría entrar en default.
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, fue categórico: “Sin déficit, no hay nueva deuda”. En conferencia de prensa desde Casa Rosada, el vocero presidencial confirmó que el Gobierno libertario no autorizará nuevas operaciones de créditopara la Provincia de Buenos Aires, endureciendo su postura frente al reclamo de Axel Kicillof.
Adorni destacó que la administración nacional logró reducir la deuda pública consolidada en 50 mil millones de dólares, convirtiéndose —según sus palabras— en el primer gobierno en décadas en desendeudar al país.
El reclamo de Kicillof
El gobernador bonaerense insiste en que el endeudamiento no busca financiar gastos corrientes, sino afrontar vencimientos y obras estratégicas. La Legislatura provincial ya aprobó la posibilidad de tomar hasta USD 3.685 millones, pero sin el aval de Nación, la operación queda bloqueada.
Kicillof advirtió que, sin autorización, la Provincia podría enfrentar un riesgo de default. Además, remarcó que el pedido se enmarca en la necesidad de refinanciar compromisos y garantizar la continuidad de programas de infraestructura.
Escenario político y legislativo
La negativa del Ejecutivo nacional se da en paralelo a un clima de tensión política. Desde Balcarce 50 remarcan que la condición indispensable para habilitar cualquier operación es que la administración bonaerense cumpla con la disciplina fiscal.
En la Legislatura bonaerense, el endeudamiento fue aprobado tras una sesión marcada por fuertes negociaciones y concesiones. Sin embargo, la decisión final depende de Nación, que ya anticipó que solo aceptará el rollover de la deuda existente, pero no nuevas emisiones.
Proyección y consecuencias
El rechazo al endeudamiento expone la fragilidad financiera de la Provincia y profundiza la disputa política entre Kicillof y el Gobierno nacional. Mientras Nación exhibe su política de ajuste y desendeudamiento como bandera, el gobernador bonaerense busca instalar la urgencia de recursos para evitar un colapso financiero.
La pulseada por la deuda se convierte así en un nuevo capítulo de la confrontación entre Nación y Provincia, con impacto directo en la gobernabilidad y en la capacidad de gestión de la administración bonaerense.


