Un día después que se cayera el proyecto de Ficha Limpia, el Gobierno de Javier Milei y el PRO se cruzaron este miércoles con munición pesada, en medio de una guerra que puede impactar de lleno en las negociaciones que llevan adelante para acordar una alianza en la provincia de Buenos Aires.
La política argentina vivió este jueves una jornada cargada de tensión, acusaciones cruzadas y un creciente distanciamiento entre el Gobierno de Javier Milei y el PRO, apenas un día después de que el proyecto de Ficha Limpia se desplomara en el Congreso por un voto. Lo que parecía ser una oportunidad para consolidar una alianza estratégica en la provincia de Buenos Aires se convirtió en un campo de batalla que podría tener consecuencias de largo alcance en el tablero político nacional.
El origen del conflicto: la caída de Ficha Limpia
El proyecto de Ficha Limpia, que buscaba impedir que personas con condenas judiciales por corrupción ocupen cargos públicos, era una bandera compartida por La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, y sectores del PRO. Sin embargo, su rechazo en la Cámara de Diputados, con un ajustado margen de un voto, desató una tormenta de reproches. Según fuentes cercanas al oficialismo, el PRO fue acusado de no haber garantizado los votos necesarios, mientras que desde el partido liderado por Mauricio Macri señalaron una supuesta falta de compromiso de LLA para coordinar la estrategia legislativa.
El presidente Milei no tardó en apuntar contra el PRO, calificando el episodio como “una operación mediática teñida de amarillo”, en referencia al color distintivo del partido. En un tono encendido, Milei afirmó que “los corruptos ganaron una batalla” y responsabilizó directamente a la bancada del PRO por no haber firmado un compromiso previo que asegurara la aprobación del proyecto. “No estaban los votos. Por eso el jefe de la bancada de LLA pidió que antes se firmara un compromiso para estar seguros de que podíamos avanzar”, sentenció el mandatario.
Por su parte, el PRO respondió con dureza, sugiriendo que el Gobierno de Milei orquestó el fracaso del proyecto para desviar la atención de otros problemas internos. “Se mataban entre el PRO y LLA, al final perdieron los dos… ¿o no?”, ironizó un dirigente en redes sociales, insinuando que el desenlace podría haber sido parte de un cálculo político más amplio.
Una alianza en jaque
El cruce de acusaciones no solo expuso las fricciones entre ambos espacios, sino que puso en riesgo las negociaciones para una posible alianza electoral en Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país. Durante meses, LLA y el PRO han explorado un acercamiento para consolidar una coalición que les permita competir con mayor fuerza en las elecciones legislativas de 2025 y, eventualmente, en la carrera presidencial de 2027. Sin embargo, el episodio de Ficha Limpia ha dejado heridas abiertas que podrían complicar este proceso.
“La confianza está rota. Si no podemos ponernos de acuerdo en un proyecto como Ficha Limpia, que era un consenso básico, ¿cómo vamos a coordinar una estrategia electoral?”, señaló un diputado de LLA en off the record. Desde el PRO, en tanto, acusan al Gobierno de “jugar a la confrontación” para fortalecer su base electoral, que valora el discurso antiestablishment de Milei.
El contexto: una relación con antecedentes de tensión
La relación entre Milei y el PRO nunca ha sido sencilla. Ya en noviembre de 2024, cuando el Gobierno decidió excluir Ficha Limpia de las sesiones extraordinarias, las críticas desde el PRO no se hicieron esperar. En ese momento, el partido de Macri acusó a Milei de priorizar otras iniciativas, como la eliminación de ciertos impuestos, en detrimento de una ley que consideraban clave para la transparencia política.
A principios de 2025, LLA intentó recomponer la relación al incluir una versión revisada de Ficha Limpia en el temario de las sesiones extraordinarias. Sin embargo, el comunicado emitido por el partido de Milei dejó en claro que no existía un “pacto” con el PRO, sino apenas una coincidencia en algunos puntos programáticos. “No había acuerdo. Lo único que hicimos fue enviar el proyecto”, remarcaron desde el oficialismo, marcando distancia.
Impacto en el electorado y el futuro político
El enfrentamiento no solo afecta a los partidos involucrados, sino que también genera incertidumbre entre los votantes. En las redes sociales, los hashtags #FichaLimpia y #MileiVsPRO se convirtieron en tendencia, reflejando una polarización entre quienes apoyan el discurso de Milei contra la “casta política” y aquellos que ven en el PRO una fuerza más moderada y experimentada. Según un relevamiento preliminar de opinión pública, el 45% de los encuestados considera que la caída de Ficha Limpia es responsabilidad compartida, mientras que un 30% apunta al PRO como principal culpable.
Analistas políticos advierten que este episodio podría tener un impacto significativo en la dinámica de las alianzas electorales. “Milei necesita al PRO para gobernar en Buenos Aires, pero si sigue confrontando, corre el riesgo de aislarse. Por otro lado, el PRO no puede permitirse quedar como el villano de la transparencia”, explicó la consultora política Mariana López.
¿Hacia dónde va la relación?
Mientras las acusaciones siguen resonando, el futuro de la relación entre Milei y el PRO permanece incierto. Algunos sectores de LLA proponen redoblar la apuesta y avanzar con una agenda propia, apelando a su base más leal. En cambio, desde el PRO insisten en la necesidad de retomar el diálogo, aunque exigen “gestos concretos” del Gobierno para recomponer la confianza.
Lo que está claro es que la caída de Ficha Limpia no es solo un traspié legislativo, sino un punto de inflexión que podría redefinir el mapa político argentino. En un contexto de crisis económica y polarización, la guerra entre Milei y el PRO promete seguir dando titulares. Por ahora, Buenos Aires observa con atención, sabiendo que el desenlace de esta pulseada marcará el rumbo de las próximas elecciones.