Con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina, los militantes del peronismo bonaerense debaten aún cómo sostener la unidad del movimiento y definir una estrategia electoral capaz de enfrentar el avance libertario. ¿Cristina como eje o una narrativa más amplia? ¿Unidad táctica o estratégica? Las respuestas que surgen desde el territorio podrían marcar el rumbo del 2025.
La cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas del 7 de septiembre de 2025 ha encendido un debate profundo entre los militantes de los distintos espacios políticos, especialmente dentro del peronismo bonaerense. En este contexto, las preguntas que se repiten en cada plenario, asamblea o encuentro territorial giran en torno a dos ejes centrales: ¿cómo garantizar la unidad del movimiento? ¿Cuál debe ser la estrategia electoral para enfrentar el avance de Javier Milei y sus aliados?
El desafío de la unidad: ¿consenso o tensión?
La unidad del movimiento no es solo una consigna, sino una necesidad estratégica en un escenario de creciente polarización. En la provincia de Buenos Aires, donde se renovarán 46 bancas en Diputados y 23 en el Senado, el peronismo ha logrado conformar el frente “Fuerza Patria”, que reúne al kirchnerismo, el Frente Renovador y el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) de Axel Kicillof.
Sin embargo, la unidad no está exenta de tensiones. La conformación de listas conjuntas ha requerido una ingeniería política compleja, con cláusulas de firma cruzada entre apoderados de los tres sectores para evitar fracturas internas. Los militantes observan con atención cómo se negocian los primeros lugares en las boletas, especialmente en los distritos “sin tierra”, donde el peronismo no gobierna y la definición de candidaturas se vuelve más incierta.
Estrategia electoral: ¿cómo enfrentar el modelo libertario?
La estrategia electoral del movimiento se construye sobre un diagnóstico compartido: el modelo de ajuste impulsado por Javier Milei ha generado un fuerte impacto en los sectores populares. Desde Fuerza Patria se plantea una narrativa que combine la defensa del Estado presente, la recuperación del salario y la producción, y el rechazo al autoritarismo y la persecución política.
El kirchnerismo propone que el eje “Cristina Libre” sea central en la campaña, mientras que el MDF y varios intendentes sugieren una narrativa más amplia, que no dependa exclusivamente de la figura de la expresidenta. Esta diferencia de enfoque genera debates entre los militantes, que buscan una estrategia que sea efectiva en todos los territorios, sin perder identidad ni capacidad de interpelación.
El rol de los militantes: entre la movilización y la construcción territorial
En este contexto, tu rol como militante es clave. No se trata solo de acompañar una boleta, sino de construir sentido político en cada barrio, en cada espacio de trabajo, en cada red social. La unidad se fortalece desde abajo, con acciones concretas que vinculen las demandas populares con las propuestas del movimiento.
La estrategia electoral no puede limitarse a los spots o los discursos de campaña. Necesita de tu mirada territorial, de tu capacidad para detectar qué temas movilizan a tus vecinos, qué preocupaciones atraviesan a los jóvenes, a los trabajadores, a los jubilados. La narrativa debe ser colectiva, construida desde la experiencia cotidiana y no solo desde los comandos de campaña.
¿Qué se vota y por qué es clave?
En estas elecciones, más de 13 millones de bonaerenses estarán habilitados para votar en 38.788 mesas. Se renovarán 35 diputados nacionales por la provincia, además de concejales y consejeros escolares en los 135 municipios. La disputa por la Tercera Sección Electoral, que incluye 19 municipios del Conurbano sur, será especialmente relevante.
La composición futura del Congreso y de la Legislatura bonaerense definirá si el modelo de ajuste se profundiza o si se logra construir una alternativa con capacidad de frenar el avance de la motosierra. Por eso, cada voto cuenta, y cada militante tiene la responsabilidad de garantizar que ese voto esté acompañado de conciencia política.
¿Unidad táctica o unidad estratégica?
Una de las preguntas más recurrentes entre los militantes es si la unidad debe ser solo táctica —para ganar las elecciones— o estratégica —para construir un proyecto político a largo plazo—. La respuesta no es sencilla. En un contexto de crisis social y fragmentación política, la unidad táctica puede ser necesaria para evitar retrocesos. Pero sin una visión estratégica, corre el riesgo de diluirse en acuerdos circunstanciales.
Por eso, es fundamental que participes activamente en los espacios de discusión. Que plantees tus ideas, que interpeles a los dirigentes, que propongas formas de organización que fortalezcan la base militante. La unidad no se decreta: se construye con inteligencia, generosidad y compromiso.
¿Y después del 7 de septiembre?
Las elecciones son un punto de inflexión, pero no el final del camino. Lo que ocurra después dependerá de la capacidad del movimiento para sostener la unidad, para traducir los votos en políticas públicas, y para seguir construyendo poder popular. En ese proceso, tu participación será más importante que nunca.
La pregunta que queda abierta es: ¿cómo imaginás que debería ser la campaña para que realmente conecte con las preocupaciones de la gente y fortalezca la unidad del movimiento? Quedan invitados a opinar en los comentarios.



