Eduardo Felipe Vallese, asesor del ministro bonaerense Walter Correa, fue echado del gobierno de Axel Kicillof tras presentar en la Justicia un pedido para que Cristina Kirchner deje la presidencia del PJ. Su apellido remite a Felipe Vallese, considerado el primer desaparecido del movimiento obrero argentino
La política bonaerense se sacudió este martes cuando Eduardo Felipe Vallese, asesor del ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Walter Correa, presentó un escrito ante la jueza electoral María Servini solicitando que Cristina Fernández de Kirchner deje la presidencia del Partido Justicialista Nacional. La jugada, realizada sin aval de su superior, derivó en su inmediata salida del gobierno provincial.
La reacción de Correa y el mensaje en redes
Correa anunció la decisión en su cuenta de X, donde calificó la acción como la de un “librepensador inorgánico” y aclaró que, aunque Vallese actuó como afiliado del PJ, su intervención “no cuenta con mi aval”.
El ministro remarcó que bajo su gestión “no hay lugar para librepensadores inorgánicos”, marcando así un límite frente a la interna que atraviesa al peronismo bonaerense.
El apellido Vallese y la memoria del movimiento obrero
La noticia cobró mayor resonancia por el peso histórico del apellido. Eduardo Felipe Vallese es hijo de Felipe Vallese, joven militante peronista secuestrado y desaparecido en 1962, considerado el primer desaparecido del movimiento obrero argentino.
Su figura se convirtió en símbolo de la resistencia sindical y política contra la represión. La expulsión de su hijo del gobierno bonaerense agrega un matiz simbólico a la interna, donde la memoria histórica se cruza con las tensiones actuales.
Kicillof en el centro de la tormenta
Aunque la decisión fue ejecutada por Correa, el episodio dejó al gobernador Axel Kicillof en el centro de una interna inesperada. La presentación de Vallese ante la Justicia expuso las tensiones dentro del PJ bonaerense y reavivó el debate sobre el rol de Cristina Kirchner en la conducción partidaria.
Fuentes oficiales señalaron que el despido buscó frenar un conflicto mayor dentro del peronismo provincial, que ya arrastra disputas internas por liderazgos y estrategias.
Una interna que no se apaga
El caso Vallese refleja la fragilidad de la unidad peronista en Buenos Aires. La decisión de desplazarlo fue rápida y contundente, pero dejó expuesta la persistente discusión sobre el futuro del PJ y el liderazgo de Cristina Kirchner. En un escenario político marcado por tensiones y reacomodamientos, la interna promete seguir generando titulares y debates.
