Juan Sebastián Verón volvió a meterse en el centro de la escena nacional y volvió a encender las alarmas en Estudiantes. En medio de su pelea abierta con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el presidente albirrojo desmintió un posteo atribuido a su esposa, Valentina Martín, que lo respaldaba con un mensaje cargado de acusaciones hacia Lionel Messi y Claudio “Chiqui” Tapia. La supuesta publicación, que circuló como una historia de Instagram, apuntaba a una “mafia” en el fútbol argentino y alentaba a “dar el golpe”.
Según aclaró la Bruja en una entrevista televisiva, el texto es “absolutamente falso”. Y agregó, visiblemente cansado de la dinámica digital: “Me canso de tener que desmentir estas cosas. Es una estupidez. No puedo salir a aclarar cada cosa que inventan”.
La desmentida, sin embargo, no hizo más que reforzar el clima enrarecido que atraviesa al club. La disputa de Verón con Tapia y especialmente con Pablo Toviggino —tesorero de la AFA y protagonista de varios cruces públicos con el dirigente pincharrata— crece semana a semana y ya desbordó las redes sociales, el Tribunal de Disciplina y los pasillos del fútbol argentino.
Advertencias por arbitrajes y un eventual perjuicio deportivo
El conflicto escaló luego del pasillo de espaldas a Rosario Central, que derivó en una dura sanción: seis meses de suspensión para Verón, dos fechas para los jugadores involucrados y tres meses sin capitanía para Santiago Núñez. La medida encendió las alarmas del presidente, que advirtió sobre posibles consecuencias deportivas para Estudiantes.
En diálogo con Radio Con Vos, fue directo:
“Pueden terminar con un descenso, malos arbitrajes. Hay una bajeza para referirse a Estudiantes que no existe con ningún otro club”.
También insistió en que el clima arbitral es insostenible: “No puede ser que estés pensando todo el tiempo en quién te toca como árbitro o en el VAR. Hay algo que sobrevuela los partidos y la gente lo siente”.
La preocupación no es menor para los hinchas del Pincha, que siempre miran de cerca la influencia arbitral, especialmente en campeonatos con formatos cambiantes y decisiones políticas que, más de una vez, condicionan el desarrollo deportivo.
Toviggino, la disputa en redes y la reunión del Comité Ejecutivo
Una parte central de la interna se concentra en la relación con Pablo Toviggino. Según Verón, el dirigente lo hostiga sistemáticamente en redes. “No le respondí porque no corresponde. En un campeonato serio no pueden pasar estas chicanas”, aseguró.
También cuestionó la manera en que se definió la reunión del Comité Ejecutivo en la que se trató, entre otros puntos, el título y la entrega de la copa a Rosario Central. Verón explicó que el representante de Estudiantes, Pascual Caiella, asistió a un encuentro convocado para discutir el nuevo torneo y el reglamento del playoff, pero no para validar decisiones sobre el campeonato que, según él, “llegaron ya armadas”.
La queja de Verón es conocida: Estudiantes siente que hubo un trato desigual. Y en La Plata ese malestar encontró rápido eco entre socios y dirigentes que recuerdan otros episodios polémicos con la AFA.
Su visión sobre el fútbol argentino y la conducción de la AFA
Pese a las especulaciones que lo posicionan como futuro candidato a la presidencia de la AFA, Verón volvió a descartarlo: “No quiero ser presidente de AFA. Nunca me interesó”. Su objetivo —dice— pasa por mejorar la competencia, estabilizar la economía de los clubes y fomentar una mejor experiencia para los hinchas.
Sobre las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), aclaró que no busca impulsar ese modelo y que la fallida negociación con el inversor Foster Gillett no debe interpretarse como una puerta a la privatización. “Hablé de inversiones privadas porque pretendo que el fútbol siga mejorando”, señaló.
Sin bajar el tono, dejó un mensaje final que resonó fuerte entre los hinchas:
“Sé cómo funcionan estas cosas. Nací dentro del fútbol. Estas situaciones, cuando escalan así, generalmente no terminan bien”.
La frase, que mezcla experiencia y advertencia, volvió a poner el foco en lo institucional justo cuando Estudiantes transita un cierre de año cargado de tensiones, sanciones y sospechas. Y en La Plata, donde el fútbol es parte del pulso cotidiano, el conflicto con la AFA sigue siendo observado con atención y preocupación.
