Entre el 20 y el 27 de septiembre, un grupo de veteranos del Regimiento 7 de La Plata viajará a las Islas Malvinas para rendir tributo a los caídos enterrados como NN en el Cementerio de Darwin. Gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, se logró identificar a varios de ellos, aunque aún quedan cinco soldados sin nombre. La ceremonia incluirá himnos, palabras personales y una reivindicación histórica.
Por primera vez en una década, 16 excombatientes platenses volverán a pisar suelo malvinense. El motivo no es turístico ni político: es profundamente humano. El grupo encabezará una ceremonia en el Cementerio de Darwin, donde descansan los restos de 121 soldados argentinos que fueron enterrados como NN. Muchos de ellos ya tienen nombre gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que logró identificar decenas de cuerpos mediante análisis genéticos y colaboración internacional.
“Este viaje es especial porque vamos a verificar la identificación de las tumbas que llevaban el lema ‘Soldado argentino solo conocido por Dios’”, explicó Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del CECIM La Plata.
El Regimiento 7 y sus heridas abiertas
El Regimiento 7 de Infantería de La Plata sufrió 36 bajas durante el conflicto de 1982, de las cuales 33 eran soldados. En su momento, solo seis cuerpos habían sido identificados. Hoy, gracias al trabajo forense, la cifra ha aumentado, pero aún quedan cinco compañeros sin nombre. “Falta un compañero que es Omar Britos”, señaló Alonso, visiblemente conmovido.
La restitución de identidades no es solo un acto técnico: es una reparación simbólica, emocional y política. “Vamos a rendirle homenaje al compañero que ya tiene nombre. En el cementerio se cantará el himno. Los compañeros visitarán las tumbas y cada uno dirá unas palabras”, anticipó Rodolfo Carrizo, otro de los veteranos que participará del homenaje.
La ciencia detrás del reconocimiento
El EAAF ha sido clave en este proceso. Su trabajo permitió exhumar restos, cotejarlos con muestras genéticas de familiares y devolverles a los caídos su identidad. Sin embargo, no todos los casos pudieron resolverse. “Hay inconsistencias genéticas o falta de vínculos vivos que impiden completar el proceso”, explicó Carrizo.
Memoria, soberanía y justicia
La ceremonia en Darwin será más que un acto conmemorativo. Es una reafirmación de la memoria colectiva, una forma de decir que los soldados no murieron en el anonimato. Es también una interpelación al presente: ¿qué hacemos hoy con esa memoria? ¿Cómo la transformamos en justicia, soberanía y paz?
La Plata, ciudad que vio partir a tantos jóvenes hacia una guerra, vuelve a ser protagonista. Esta vez, para cerrar heridas, para nombrar lo innombrado, para cantar el himno frente a las tumbas que ya no están vacías de historia.