Acompañada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y una nutrida comitiva de intendentes, ministros y dirigentes, Cristina buscará consolidar su liderazgo y respaldar su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral, mientras el peronismo se prepara para un escenario de alta tensión judicial y electoral.
En un día cargado de simbolismo político, la expresidenta y actual presidenta del Partido Justicialista (PJ), Cristina Fernández de Kirchner, encabezó un acto en la histórica sede del PJ en la calle Matheu, en el barrio porteño de Balvanera, para enviar un mensaje de unidad peronista frente a un posible fallo adverso de la Corte Suprema en la causa Vialidad.
Acompañada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y una nutrida comitiva de intendentes, ministros y dirigentes, Cristina buscará consolidar su liderazgo y respaldar su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral, mientras el peronismo se prepara para un escenario de alta tensión judicial y electoral.
Un acto de resistencia peronista
El evento, oficialmente convocado para conmemorar el Día de la Resistencia Peronista en homenaje a las víctimas de los fusilamientos de José León Suárez de 1956, adquirió un tono de movilización política ante la inminencia de una resolución de la Corte Suprema sobre la causa Vialidad. Esta investigación, que acusa a Cristina Kirchner de presunto direccionamiento de obra pública en Santa Cruz a favor del empresario Lázaro Báez, podría resultar en la confirmación de su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que pondría en jaque su postulación legislativa.
Pasadas las 18 horas, Cristina llegó a la sede frente a una multitud de militantes que coparon dos cuadras de la calle Matheu, en un despliegue que incluyó vallados y fuerte presencia de seguridad. Su discurso, según fuentes partidarias, buscará no solo reforzar su figura como líder del PJ, sino también enviar un mensaje claro al Poder Judicial: “Si tan terminada estoy, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente?”, había declarado días atrás en un acto en Corrientes, en una línea que resonó en el encuentro de hoy.
Kicillof: respaldo estratégico desde La Plata
Horas antes, Axel Kicillof reunió en la Gobernación de La Plata a más de 40 intendentes de su espacio, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), para delinear la estrategia electoral de cara a las legislativas del 7 de septiembre. Entre los presentes estuvieron figuras clave como Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Fernando Espinoza (La Matanza), quienes respaldan al gobernador en su intento de consolidar un armado territorial propio. Sin embargo, la reunión también sirvió para enviar un gesto de apoyo a Cristina Kirchner, en un delicado equilibrio político dentro del peronismo bonaerense.
Tras el encuentro, Kicillof arribó a la sede del PJ acompañado por una comitiva de peso, que incluyó al ministro de Gobierno, Carlos Bianco, la ministra de Comunicación Pública, Cristina Álvarez Rodríguez, y otros referentes como Andrés “Cuervo” Larroque, Gabriel Katopodis y Verónica Magario. Su presencia, inicialmente en duda, marcó un punto de inflexión en las tensiones internas del peronismo, especialmente tras meses de distanciamiento con Cristina. “¡Basta de perseguir a Cristina, basta de odio contra el peronismo!”, había publicado el MDF en redes sociales, citando un discurso reciente del gobernador, en una clara señal de respaldo.
La causa Vialidad: una espada de Damocles
La causa Vialidad se ha convertido en el eje de la tormenta política. La Corte Suprema, integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, evalúa un recurso extraordinario presentado por la defensa de Cristina para revertir la condena. Fuentes judiciales indican que el fallo podría conocerse esta semana, antes de las elecciones provinciales, lo que generaría un impacto directo en el calendario electoral y en el armado peronista.
El peronismo, consciente de esta posibilidad, busca instalar la narrativa de que una condena sería un acto de “proscripción” contra la voluntad popular. Gremios como la UOM, SMATA y ATE Capital ya anunciaron medidas de fuerza, incluyendo un paro, en caso de que el fallo sea adverso. Desde el Instituto Patria, se planea una vigilia en el domicilio de Cristina en Constitución y hasta una apelación ante tribunales internacionales.
Tensiones y unidad en el peronismo
La relación entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, aunque fortalecida tras una reunión reciente tras cinco meses de silencio, no está exenta de fricciones. Mientras Cristina apuesta por liderar el armado electoral en la tercera sección, algunos intendentes alineados con Kicillof, como Fabián Cagliardi de Berisso, cuestionaron su candidatura en un distrito considerado un bastión seguro para el PJ. “¿Por qué no en la Quinta o la Segunda, donde es más difícil?”, planteó Cagliardi, reflejando las tensiones por el control territorial.
No obstante, ambos líderes parecen haber acordado una mesa de diálogo para negociar listas conjuntas, con Kicillof exigiendo que se respalde su gestión y se coordine con el Ejecutivo provincial. La presencia de figuras como Carlos Bianco y Cristina Álvarez Rodríguez en el acto del PJ refuerza esta intención de unidad, aunque el gobernador dejó claro que el MDF mantendrá su autonomía.
Un escenario incierto
El acto en la sede del PJ, con la participación de sectores del massismo, legisladores de Unión por la Patria y sindicalistas, fue una muestra de fuerza del peronismo en un momento crítico. Sin embargo, el fallo de la Corte Suprema podría reconfigurar por completo el tablero político. Si la condena se confirma, Cristina quedaría inhabilitada para competir, lo que desataría un operativo de “proscripción” liderado por el kirchnerismo. Si, en cambio, el fallo se demora, su candidatura podría consolidarse como un faro para la militancia.
En este contexto, el peronismo bonaerense, con Cristina y Kicillof como protagonistas, transita un delicado equilibrio entre la unidad táctica y las disputas internas, mientras la militancia se moviliza y el país observa expectante. La próxima semana será decisiva, no solo para Cristina Kirchner, sino para el futuro del PJ y su estrategia electoral rumbo al 2027.