Domingo 6 de julio de 2025
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Cristina vs. Kicillof: ¿Señal de paz u otra pelea por el poder en el Peronismo?

En un encuentro con intendentes bonaerenses, Cristina Kirchner tendió puentes hacia Axel Kicillof, pero las tensiones persisten: “Hace un año que no la llama”, disparan desde el kirchnerismo, mientras en La Plata retrucan con un desafío: “Hace dos meses ella lo mandó a hablar con Máximo. Si cambió de opinión, llama y listo” ¿Lograrán unir al peronismo antes de las elecciones 2025 o la interna explotará?

En busca de recomponer la unidad del peronismo bonaerense, Cristina Fernández de Kirchner recibió esta semana a un grupo de intendentes de la provincia de Buenos Aires, enviando una señal de acercamiento al gobernador Axel Kicillof. El encuentro, que tuvo lugar en un contexto de tensiones internas en Unión por la Patria (UP), refleja los intentos de ambos líderes por limar asperezas de cara a las elecciones legislativas de 2025 y, más a largo plazo, las presidenciales de 2027.

Sin embargo, las declaraciones cruzadas entre los entornos de ambos dirigentes muestran que las heridas de la fractura reciente aún no han sanado del todo.

Un encuentro con mensaje político

El cónclave, reportado por medios como Todo Noticias y usuarios en la red social X, reunió a Cristina Kirchner con intendentes clave del conurbano bonaerense, muchos de los cuales mantienen lealtad al kirchnerismo, como Mayra Mendoza (Quilmes) y Gustavo Menéndez (Merlo). Según fuentes cercanas a la expresidenta, el gesto buscó tender puentes con Kicillof, cuyo liderazgo en la provincia ha generado roces con el sector liderado por Cristina y su hijo, Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense.

“El gobernador tendría que hablarle, hace un año que no la llama”, aseguraron desde el entorno de CFK, dejando entrever una distancia personal que se suma a las diferencias políticas.

La reunión no solo sirvió para discutir la coyuntura electoral, sino también para enviar un mensaje claro: Cristina sigue siendo una figura central en el peronismo y está dispuesta a negociar la unidad, pero desde una posición de fuerza. En este sentido, la expresidenta habría instado a los intendentes a trabajar en un esquema de síntesis que evite una ruptura definitiva con el kicillofismo, especialmente tras el conflicto desatado por el desdoblamiento de las elecciones provinciales, decidido por Kicillof en abril de 2025 contra los deseos del kirchnerismo.

La respuesta desde La Plata

Desde el entorno del gobernador, la reacción no se hizo esperar. “Hace dos meses ella lo mandó a hablar con Máximo. Si cambió de opinión, llama y listo”, retrucaron fuentes cercanas a Kicillof en La Plata, evidenciando una postura defensiva frente a las críticas del kirchnerismo duro.

Este cruce de declaraciones refleja la tensión latente entre ambos sectores, que se profundizó tras la decisión de Kicillof de separar las elecciones provinciales (7 de septiembre) de las nacionales (26 de octubre), una jugada que Cristina interpretó como un intento de consolidar su liderazgo autónomo en desmedro de la estrategia nacional del peronismo.

El desdoblamiento electoral, respaldado por 44 intendentes peronistas, fue visto como un desafío directo a la autoridad de Cristina, quien abogaba por elecciones concurrentes para maximizar el impacto de la maquinaria peronista en la campaña nacional. La expresidenta incluso ordenó retirar un proyecto legislativo que buscaba imponer la concurrencia electoral, en un gesto que en su momento se interpretó como una concesión a Kicillof, pero que no logró apaciguar del todo las diferencias.

La interna peronista: una pelea por el liderazgo

La relación entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, alguna vez descrita como una de madre política e hijo adoptivo, atraviesa un momento de máxima tensión. Desde la derrota del peronismo en las elecciones presidenciales de 2023, Kicillof ha buscado posicionarse como un líder renovador, lanzando el Movimiento Derecho al Futuro y promoviendo “canciones nuevas” para el peronismo, una metáfora que no cayó bien en La Cámpora, la agrupación liderada por Máximo Kirchner. Por su parte, Cristina, quien asumió la presidencia del PJ nacional, busca mantener su centralidad en el espacio, incluso frente a especulaciones sobre su posible candidatura a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral, una movida que podría disciplinar a los intendentes díscolos y reforzar su influencia en el conurbano.

En este contexto, el rol de los intendentes es clave. Mientras algunos, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), se alinean con Kicillof y su proyecto de autonomía, otros, como Mayra Mendoza y Federico Otermín (Lomas de Zamora), permanecen fieles al kirchnerismo. Sin embargo, la mayoría aspira a un esquema de unidad que evite una fractura abierta, consciente de que la división beneficia al oficialismo de Javier Milei.

Hacia una tregua electoral

A pesar de las tensiones, ambos sectores parecen entender que la unidad es imprescindible para enfrentar las elecciones de 2025. Fuentes cercanas a Kicillof destacan que el gobernador no busca romper con Cristina, pero sí reclama un lugar protagónico en la toma de decisiones, especialmente en el armado de las listas provinciales. Por su parte, Cristina ha dado señales de flexibilidad, como cuando pidió a sus legisladores aprobar el Presupuesto de Kicillof a principios de 2025, un gesto que, aunque no tuvo resultados inmediatos, abrió la puerta a una posible tregua.

El rol de Sergio Massa, líder del Frente Renovador y aliado de Máximo Kirchner, también aparece como un factor de mediación. Según fuentes, Massa ha facilitado encuentros entre legisladores y dirigentes de ambos sectores, promoviendo un diálogo que podría derivar en una lista de unidad para las elecciones. Sin embargo, la desconfianza persiste, y el éxito de esta tregua dependerá de la capacidad de ambos líderes para ceder en sus pretensiones de liderazgo.

Un futuro incierto

A menos de cuatro meses del cierre de listas (8 de agosto de 2025), el peronismo bonaerense enfrenta el desafío de recomponer su unidad sin sacrificar las ambiciones de sus principales figuras. Cristina Kirchner, con su peso histórico y su capacidad de movilización, sigue siendo una pieza clave, pero Kicillof, respaldado por su gestión y un grupo importante de intendentes, no está dispuesto a ceder el control de la provincia. “La unidad no puede ser sometimiento”, afirmaron desde el entorno del gobernador, resumiendo el núcleo de la disputa.

El encuentro de Cristina con los intendentes y su mensaje de acercamiento a Kicillof marcan un intento de descomprimir la interna, pero las heridas de los últimos meses no sanarán fácilmente. Mientras el peronismo se prepara para un año electoral decisivo, la pregunta sigue abierta: ¿podrán Cristina y Kicillof encontrar una síntesis que les permita enfrentar a Milei como un frente unido, o la pelea por el liderazgo terminará fracturando al peronismo bonaerense?

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