Martes 20 de mayo de 2025
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El cristinismo busca la foto de unidad entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof: “Hubo acercamientos”

En un clima de internas y con las elecciones bonaerenses a la vista, el cristinismo apuesta por reconciliar a Cristina Kirchner y Axel Kicillof. Teresa García revela “acercamientos” clave y anticipa una imagen de unidad que podría revitalizar al peronismo contra Milei. ¿Lograrán superar las tensiones?

Con las elecciones legislativas de 2025 en el horizonte, el peronismo bonaerense trabaja contrarreloj para mostrar una imagen de unidad. La senadora provincial Teresa García, jefa del bloque de Unión por la Patria (UP) en la Cámara Alta de Buenos Aires, aseguró este lunes que “hubo acercamientos” entre Cristina Fernández de Kirchner, titular del PJ nacional, y el gobernador Axel Kicillof.

Según García, estas reuniones recientes entre ambos líderes son un paso hacia la reconciliación que el espacio necesita para enfrentar el modelo político de Javier Milei en las urnas. “Deseamos una foto de Cristina y Kicillof el 7 de septiembre”, afirmó la legisladora en diálogo con El Destape Radio, subrayando que “para seguir gobernando con este modelo de Milei, necesitamos que el peronismo esté unido”.

Una interna que marcó la agenda

La relación entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof ha sido un eje de conflicto dentro del peronismo bonaerense en los últimos meses, especialmente por la decisión del gobernador de desdoblar las elecciones provinciales del 7 de septiembre de las nacionales del 26 de octubre. Esta medida, que Kicillof justificó para evitar el “caos” de combinar dos sistemas de votación distintos (boleta partidaria para las provinciales y Boleta Única de Papel para las nacionales), generó fuertes críticas desde el sector kirchnerista. Cristina, junto a La Cámpora y aliados como Máximo Kirchner, insistió en que las elecciones concurrentes eran la mejor estrategia para concentrar fuerzas contra el gobierno de Milei.

El punto álgido de esta disputa se vivió en abril, cuando el cristinismo presentó un proyecto en el Senado bonaerense, liderado por Teresa García, para establecer elecciones concurrentes, lo que desató la furia en el entorno de Kicillof. Desde La Plata, se acusó al kirchnerismo de “romper los puentes de diálogo” y de intentar imponer condiciones en la organización electoral. Incluso se llegó a insinuar que Cristina podría candidatearse como diputada provincial por la Tercera Sección Electoral si el desdoblamiento se mantenía, una jugada que buscaba reforzar el peso electoral del cristinismo en el Conurbano.

Sin embargo, en un gesto de distensión, Cristina Kirchner ordenó el 14 de abril a los legisladores de UP que desistieran del proyecto de concurrencia electoral y apoyaran la iniciativa de Kicillof, aunque no sin remarcar que seguía considerando el desdoblamiento un “error político”. Este movimiento fue interpretado como un intento de bajar la tensión interna, aunque las diferencias persistieron.

Acercamientos en la recta final

Con el cronograma electoral ya en marcha —las elecciones provinciales están confirmadas para el 7 de septiembre tras la suspensión de las PASO—, el cristinismo redobla esfuerzos para limar asperezas. Teresa García, una de las figuras más cercanas a Cristina, destacó que las recientes reuniones entre la expresidenta y Kicillof son un indicio de que la unidad es “inminente”. “Cristina está dispuesta a reunirse con Kicillof y a trabajar por la unidad desde la provincia número veinticinco”, expresó la senadora, haciendo referencia a la importancia de Buenos Aires como bastión peronista.

La idea de una “foto de unidad” el día de las elecciones provinciales no es solo simbólica. En un escenario donde el peronismo enfrenta el desafío de articular una oposición sólida frente al avance de La Libertad Avanza, la imagen de Cristina y Kicillof juntos podría revitalizar a la militancia y enviar un mensaje claro al electorado. Sin embargo, las heridas de la interna no sanan fácilmente. Encuestas recientes, como la realizada por CB Consultora Opinión Pública, muestran que Kicillof supera a Cristina en imagen positiva en 18 de los 24 municipios del Conurbano, lo que refuerza su liderazgo en la provincia, pero también evidencia la fragmentación del voto peronista.

Los desafíos de la unidad

A pesar de los gestos de acercamiento, la unidad peronista enfrenta obstáculos. Por un lado, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), liderado por Kicillof y respaldado por intendentes clave como Fernando Espinoza (La Matanza) y Jorge Ferraresi (Avellaneda), busca consolidar una línea propia que priorice la gestión provincial frente a la estrategia nacionalista del cristinismo. Por otro lado, La Cámpora y el Frente Renovador de Sergio Massa insisten en un esquema unificado que tenga a Cristina como figura central, especialmente en la Tercera Sección Electoral, donde el kirchnerismo ya moviliza su maquinaria electoral con nombres como Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús).

El rol de Sergio Massa también es clave. Aunque no pertenece al PJ, el líder del Frente Renovador participó en las reuniones de Moreno en diciembre de 2024 y abogó por un “contexto de racionalidad” para negociar un acuerdo electoral. Su postura, alineada con la de Cristina, choca con la visión de Kicillof, quien busca “provincializar” la elección para plebiscitar su gestión.

Hacia las elecciones de septiembre

Con menos de cuatro meses para las elecciones provinciales, el tiempo apremia. La suspensión de las PASO, aprobada el 28 de abril, obliga a los sectores del peronismo a definir candidaturas en negociaciones internas, lo que podría exacerbar las tensiones si no se llega a un consenso. La posibilidad de listas colectoras o una interna abierta sigue sobre la mesa, pero el cristinismo apuesta por un acuerdo que evite fracturas. “La unidad es difícil, pero no imposible”, señaló una fuente cercana a Máximo Kirchner, aunque reconoció que “adentro, todo sigue roto”.

En este contexto, la “foto de unidad” propuesta por Teresa García se convierte en un objetivo estratégico. Más allá de la imagen, el peronismo necesita un mensaje claro para enfrentar a un gobierno nacional que, según el cristinismo, “arrasó con derechos conquistados”. La pregunta es si Cristina y Kicillof podrán dejar atrás sus diferencias para construir un frente competitivo o si las internas seguirán siendo el talón de Aquiles del PJ bonaerense.

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