Sábado 18 de octubre de 2025
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El mercado desafía al Tesoro de EE.UU. y complica la estrategia económica de Milei

Pese a las reiteradas intervenciones del Tesoro estadounidense, el dólar volvió a subir este jueves y expuso los límites del apoyo internacional al gobierno de Javier Milei. Scott Bessent, secretario del Tesoro de Donald Trump, ratificó que seguirá “monitoreando los mercados” y advirtió a los especuladores que “Estados Unidos tiene capacidad de actuar con flexibilidad y contundencia para estabilizar a la Argentina”. Sin embargo, los anuncios no alcanzaron: el mercado cambiario volvió a presionar y el peso argentino cerró otra jornada en caída.

Un respaldo que no logra calmar la plaza

Bessent confirmó que Washington continúa interviniendo en el mercado local mediante la compra de pesos y la venta de dólares tanto en el mercado spot como a través del mecanismo conocido como blue chip swap, un intercambio de divisas por acciones de grandes empresas argentinas como YPF, Banco Macro, Galicia, Loma Negra, Mercado Libre o Telecom.

El objetivo era frenar la escalada cambiaria en la previa de las elecciones de medio término, pero el resultado fue el opuesto.

El dólar oficial subió $35 y llegó a $1.465 en el Banco Nación, aunque luego recortó parte del avance. En la semana acumula una suba de $80, mientras que el blue tocó los $1.470 y los financieros siguieron el mismo camino: el Contado con Liquidación (CCL) se ubicó en torno a los $1.502 y el MEP en $1.483. El mayorista, referencia para el comercio exterior, alcanzó los $1.450.

El “Vietnam financiero” de Milei

En la jerga de los operadores, el Tesoro de Estados Unidos ya enfrenta su propio “Vietnam financiero” en Buenos Aires. A pesar de haber destinado cerca de 700 millones de dólares en apenas tres jornadas para intentar contener la corrida, los resultados fueron magros. Los bonos argentinos se hundieron y los dólares siguieron subiendo.

El plan de Milei y su ministro Luis “Toto” Caputo de contener la inflación mediante un dólar pisado y el ingreso de fondos externos empieza a mostrar su agotamiento. Los operadores descuentan una devaluación tras las elecciones y algunos analistas proyectan un tipo de cambio cercano a los $1.800 antes de fin de año.

Caputo, entre la desconfianza y el ajuste

Desde Estados Unidos, Caputo participó por videoconferencia del Coloquio de IDEA y volvió a insistir en que “no habrá devaluación”, apostando a más ajuste y a una futura reforma laboral e impositiva. Sin embargo, la credibilidad del equipo económico se erosiona: los empresarios del llamado Círculo Rojo escuchan, pero ya no creen.

En paralelo, la evasión fiscal y el gasto tributario siguen siendo un obstáculo. Según proyecciones del propio Coloquio, representan entre 4 y 6 puntos del PBI, una brecha incompatible con cualquier programa de estabilización duradera.

Washington mira con cautela

La Casa Blanca también atraviesa sus propios dilemas. Con una economía enfriándose y un cierre parcial del gobierno federal que ya lleva 17 días, Donald Trump enfrenta críticas internas por el respaldo a Milei. En ese contexto, el auxilio financiero hacia la Argentina se percibe más como un gesto político que como una estrategia económica sostenible.

Las dudas crecen sobre el papel de Scott Bessent y su verdadero objetivo: algunos en Wall Street sospechan que busca rescatar a grandes fondos de inversión, como el de Robert Citrone, fuertemente expuestos en deuda argentina.

Riesgos políticos y horizonte incierto

A menos de diez días de las elecciones, el oficialismo llega con un panorama económico frágil: inflación mayorista en alza (3,7% en septiembre), actividad en caída, consumo planchado y un tipo de cambio inestable.

En la provincia de Buenos Aires —clave para definir el escenario nacional— el malhumor social se acentúa y los operadores locales comienzan a recalcular el “piso real” de la extrema derecha tras el 26 de octubre.

La corrida del dólar no solo pone en riesgo la estrategia económica del Gobierno, sino también su narrativa de “estabilidad sin devaluar”. Y ni la intervención del Tesoro norteamericano parece capaz, por ahora, de revertirlo.

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