Lunes 14 de julio de 2025
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Elecciones legislativas 2025: una semana clave para oficialismo y oposición bonaerenses

En vísperas del cierre de listas del 19 de julio, la provincia de Buenos Aires se prepara para una semana de negociaciones intensas que definirán el rumbo de las elecciones legislativas del 7 de septiembre. Con el peronismo unido bajo el sello Fuerza Patria y la oposición liderada por la Alianza La Libertad Avanza, los intendentes emergen como figuras clave en un escenario político polarizado donde nadie quiere ceder terreno.

La provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral de Argentina, se encuentra en el epicentro de una carrera contrarreloj. A seis días del cierre de listas para las elecciones legislativas del 7 de septiembre, tanto el oficialismo provincial como la oposición nacional ultiman detalles para consolidar sus estrategias electorales. Las negociaciones entre los principales actores políticos son el eje de esta semana decisiva, con los intendentes desempeñando un rol protagónico en el armado de las boletas, en un contexto donde las tensiones internas y las ambiciones personales marcan el ritmo de las discusiones.

El peronismo: unidad tensa bajo el paraguas de Fuerza Patria

El peronismo, liderado por Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, logró sellar la unidad bajo el frente Fuerza Patria tras arduas negociaciones que culminaron el pasado 9 de julio. Sin embargo, la armonía es frágil. La interna entre La Cámpora, el Frente Renovador y el espacio del gobernador Kicillof sigue generando fricciones, especialmente en la definición de los nombres que encabezarán las listas en las ocho secciones electorales y los 135 municipios bonaerenses.

Según fuentes cercanas al oficialismo provincial, las principales disputas se centran en las candidaturas municipales, donde los intendentes buscan garantizar su influencia territorial. La Cámpora, con figuras como Federico Otermín y Mariel Fernández, apuesta por reforzar su presencia en distritos clave como La Matanza y el conurbano. Por su parte, el Frente Renovador de Massa, representado por nombres como Rubén Eslaiman, prioriza un equilibrio que no deje al massismo relegado. Kicillof, desde el Movimiento Derecho al Futuro, impulsa una estrategia centrada en confrontar al gobierno nacional de Javier Milei, con figuras como Carlos Bianco liderando la campaña.

“Lo importante es que se rompió el monopolio de La Cámpora en las listas”, señaló un allegado al gobernador a TN, destacando el peso de Kicillof en las negociaciones. Sin embargo, las tensiones persisten, especialmente en la Tercera Sección Electoral, donde el kirchnerismo no tiene un candidato competitivo, según fuentes del entorno de Kicillof. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, confirmada como candidata en esta sección, se perfila como un faro para movilizar al electorado peronista, aunque su detención domiciliaria agrega un componente emotivo a la campaña con el lema “Cristina libre” impulsado por La Cámpora.

El frente Fuerza Patria, que incluye también a partidos como Principios y Valores de Guillermo Moreno y Patria Grande de Juan Grabois, apuesta por una boleta violeta que represente la unidad peronista. No obstante, las próximas 48 horas serán cruciales para consensuar las listas, con reuniones previstas en La Plata para evitar rupturas que puedan debilitar al oficialismo bonaerense, que actualmente cuenta con 37 diputados y 21 senadores, la primera minoría en la Legislatura.

La oposición: La Libertad Avanza absorbe al PRO en una alianza estratégica

Del otro lado del arco político, la Alianza La Libertad Avanza, que unifica al partido de Javier Milei con el PRO, enfrenta sus propios desafíos. La coalición, oficializada el 9 de julio en el Hotel Libertador, lleva el nombre y el color violeta de La Libertad Avanza, subsumiendo la identidad del PRO en un gesto que evidencia el liderazgo libertario en el armado. Karina Milei, junto a Sebastián Pareja y Martín Menem, encabezó las negociaciones por el oficialismo nacional, mientras que Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro representaron al PRO.

A pesar del acuerdo, las internas no han desaparecido. Un sector del macrismo bonaerense, liderado por Jorge Macri, resiste la hegemonía libertaria y teme perder gobernabilidad en distritos clave como Vicente López, Junín y Pergamino. “Los únicos que no querían acordar eran los ñoños republicanos, pero las encuestas nos mostraron que solos medíamos menos de diez puntos”, admitió un dirigente del PRO a Página/12. La decisión de Mauricio Macri de avalar la alianza inclinó la balanza, pero las negociaciones por los lugares en las listas prometen ser arduas.

Figuras como Diego Santilli, en la Primera Sección, y Guillermo Montenegro, en la Quinta, son nombres fuertes del PRO que buscan encabezar las boletas. Por el lado libertario, Sebastián Pareja aseguró en La Nación+ que la lista reflejará “un cambio” para la provincia, aunque evitó adelantar nombres. La ausencia de Jorge Macri en el armado final, según trascendidos en redes sociales, podría generar tensiones adicionales en los próximos días.

El peso de los intendentes y el desafío de la polarización

En un contexto de elecciones desdobladas, la territorialidad cobra un protagonismo inusitado. Los intendentes, tanto del peronismo como del PRO, son piezas clave para movilizar el voto en los 135 municipios, donde se elegirán 1.097 concejales y 401 consejeros escolares. En el peronismo, intendentes como Julio Zamora (Tigre), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Guillermo Britos (Chivilcoy) buscan consolidar su influencia, mientras que en la oposición, nombres como Pablo Petrecca (Junín) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) son fundamentales para el despliegue territorial.

La suspensión de las PASO, aprobada por la Legislatura bonaerense, elimina la instancia de primarias y obliga a los frentes a cerrar acuerdos internos antes del 19 de julio. Este escenario refuerza la polarización entre Fuerza Patria y la Alianza La Libertad Avanza, aunque una tercera vía, Somos Buenos Aires, liderada por la UCR y aliados como la Coalición Cívica y el espacio de Juan Schiaretti, busca captar el voto de quienes rechazan los extremos. Sin embargo, su capacidad para romper la polarización sigue siendo incierta.

Un escenario abierto con alta tensión

Con el cierre de listas a la vista, la provincia de Buenos Aires se prepara para una campaña marcada por la confrontación. El peronismo, fortalecido por su unidad pero tensionado por las internas, apuesta por mantener su hegemonía legislativa. La Libertad Avanza, respaldada por el impulso nacional de Milei, busca consolidar su crecimiento en el principal bastión electoral del país. En el medio, los intendentes emergen como los grandes árbitros de una contienda donde cada voto cuenta.

Las próximas horas serán cruciales para definir las candidaturas y limar asperezas. Como señaló un analista en El Economista, “la provincia tiene un peso simbólico y real que nadie quiere rifar”. El 7 de septiembre, los bonaer “‘Avanzamos ahora con la campaña, para hablar de lo que le interesa a la gente’”, indicaron desde el Frente Renovador, marcando el tono de una contienda que promete ser feroz.

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