En un encendido discurso en Mar del Plata, el Gobernador llamó a unir al peronismo contra el oficialismo y mostró su jugada para liderar la oposición. ¿Podrá dejar atrás las internas y construir una alternativa real?
En un contexto de tensiones internas dentro del peronismo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este miércoles un encuentro de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Mar del Plata, donde buscó enviar un mensaje claro: la fragmentación no es una opción. “Nuestro único adversario es Milei”, afirmó con énfasis, llamando a construir “una alternativa” frente al oficialismo nacional liderado por el presidente Javier Milei. La declaración, pronunciada en el marco de un congreso gremial, resonó como un intento de alinear al movimiento obrero y al peronismo bonaerense en un frente común, en un año electoral clave.
El evento, realizado en la ciudad costera, congregó a cientos de trabajadores y dirigentes sindicales, quienes escucharon al gobernador destacar la importancia de la “unidad del movimiento obrero” como “columna vertebral” para enfrentar las políticas del gobierno libertario. Kicillof, visiblemente enfocado en consolidar su liderazgo dentro del peronismo, subrayó que la provincia de Buenos Aires debe ser “el escudo” contra lo que describió como un “experimento de ajuste y crueldad” impulsado desde la Casa Rosada. “No es momento de pelearnos entre nosotros, sino de mostrar que hay otro camino posible”, insistió, en una referencia velada a las disputas internas que atraviesan a Unión por la Patria.
La necesidad de articular un frente opositor
El encuentro no fue casual. Mar del Plata, un bastión histórico del peronismo y un polo industrial relevante, sirvió como escenario para que Kicillof reforzara su mensaje de resistencia frente a las políticas de Milei, que, según el gobernador, “han generado desigualdad y exclusión”. Durante su discurso, hizo hincapié en la necesidad de “articular un gran frente” que incluya a todos los sectores opuestos al oficialismo, desde trabajadores hasta movimientos sociales y productivos. “La unidad no es solo un discurso, es una práctica. Y empieza aquí, con ustedes”, afirmó, dirigiéndose a los delegados de la UOM.
El contexto político agrega peso a las palabras de Kicillof. A pocos meses de las elecciones legislativas de 2025, el peronismo enfrenta el desafío de reconfigurarse tras la derrota de 2023. Las tensiones con sectores ligados a Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora han marcado la agenda interna, especialmente en torno a la discusión sobre el desdoblamiento de los comicios bonaerenses, una estrategia que Kicillof evalúa para fortalecer su posición territorial. Sin embargo, el gobernador evitó mencionar directamente estas disputas, optando por un tono conciliador que busca tender puentes dentro del movimiento.
En el plano económico, Kicillof no dudó en criticar al gobierno nacional, acusándolo de “desmantelar el Estado” y de priorizar intereses financieros por sobre los productivos. “Mientras Milei habla de criptomonedas y mercados desregulados, nosotros defendemos el trabajo, la industria y la justicia social”, señaló, en un guiño a los metalúrgicos presentes. También destacó las políticas de su gestión, como el fortalecimiento de la obra pública y los programas sociales, que, según él, han permitido a la provincia “amortiguar” el impacto del ajuste nacional.
Un gremio estratégico
La elección de la UOM como interlocutora no es menor. El gremio, uno de los más influyentes dentro de la CGT, ha respaldado activamente al gobernador en su construcción política, especialmente a través de figuras como Abel Furlán, líder de la seccional local. Este apoyo sindical es un pilar clave para Kicillof, que busca proyectarse como un referente nacional del peronismo de cara a 2027, sin descuidar su base en Buenos Aires.
El mensaje de Kicillof en Mar del Plata llega en un momento de definiciones. Mientras el oficialismo de Milei apuesta por consolidar su representación en el Congreso, el peronismo bonaerense enfrenta la presión de mostrar cohesión y una propuesta clara. “No se trata de volver al pasado, sino de construir un futuro con ideas nuevas”, cerró el gobernador, dejando abierta la puerta a un debate programático que, por ahora, parece más un deseo que una realidad concreta.
Con este acto, Kicillof da un paso más en su estrategia de posicionamiento, pero el camino no será sencillo. La unidad que pregona dependerá de su capacidad para sortear las internas y convencer a un electorado golpeado por la crisis. Por ahora, su mensaje es claro: el enemigo está afuera, y su nombre es Milei. ¿Será suficiente para alinear al peronismo detrás de su liderazgo? El tiempo, y las urnas, lo dirán.