Sigue la polémica por la cancelación de una fiesta ilegal  que se realizó en la madrugada de Año Nuevo en el Conservatorio Gilardo Gilardi y que derivó en un verdadero escándalo. Ahora Lucas Ferraro - el joven encargado de administrar el restaurante donde se desarrolló el polémico evento-  habló con Infoplatense y contó su versión de lo ocurrido. Dijo que la fiesta comenzó como "algo privado, entre familiares y amigos" y que todo se "desmadró" luego de que algunos de sus conocidos invitaran vía Whatsapp a otras personas sin consultarle previamente. "Esto no fue planificado, no se cobró entrada y no se vendió alcohol. Las cosas se me fueron de las manos y asumo la responsabilidad por haber manchado el nombre de la institución", explicó, al tiempo que aclaró que, pese a su pedido de disculpas a las autoridades del Conservatorio, desde la institución -en la que descreen de esta versión- decidieron rescindir el contrato que mantenían desde hace cuatro años.

Según relató el responsable de esta fiesta, el evento surgió como una reunión con sus familiares y amigos que decidieron pasar la noche del 31 de diciembre juntos, en el restaurante del Conservatorio, que Ferraro administraba desde hace 4 años. Según contó el joven, la idea era realizar una celebración privada con su entorno más íntimo y algunos amigos de su novia. Sin embargo, las cosas "se le fueron de las manos".

"La tecnología tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. De repente empezó a llegar un montón de gente porque algunos amigos difundieron la dirección de la reunión por Whatsapp y de pronto, entre las 5 y las 6 de la mañana estaba repleto de gente adentro y afuera", relató Ferraro quien resaltó que "no se cobró entrada y no se vendió alcohol".

Los agentes de Control Urbano llegaron cerca de las 6 de la mañana y cancelaron la fiesta. Según los dichos de Ferraro, el desalojo se dio con "absoluta tranquilidad", por lo que rápidamente se cortó la música, se prendieron las luces y la gente comenzó a retirarse "sin ningún problema".

Aunque el organizador de la fiesta alegó haber tenido buenas intenciones y manifestó su pedido de disculpas a las autoridades del Conservatorio, desde la institución -en la que no creen en esta versión de lo ocurrido- decidieron rescindir el contrato y prescindir de los servicios de Ferraro, que administraba el restaurant hacía cuatro años.

"Esto fue impensado y yo asumo totalmente la responsabilidad por haber ensuciado el nombre de la institución. Nunca pensé que iba a pasar esto, pero se manchó el nombre del Conservatorio y rescindieron el contrato", concluyó el organizador del polémico festejo.

La polémica tuvo amplia repercusión en las redes sociales de Infoplatense desde que el martes se difundiera el descargo de las autoridades de la Asociación Amigos del Conservatorio. Entre las voces críticas a lo ocurrido allí también se registró una gran cantidad de testimonios que coinciden con lo dicho por Ferraro respecto del carácter privado de la fiesta. Algunos de ellos, incluso, alegan haber estado presente en el lugar y ser testigo de cómo se desarrollaron los acontecimientos durante esa primera madrugada del año.