El escenario político argentino se sacudió esta noche con los resultados de las elecciones presidenciales, donde el ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, se impuso en la primera vuelta, dejando atrás al candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei.

Este resultado forjará un emocionante balotaje el 19 de noviembre para determinar quién tomará las riendas del país. Mientras tanto, Juntos por el Cambio experimenta un derrumbe, y el triunfo oficialista se sustenta en el empuje de figuras como Axel Kicillof en Buenos Aires y otros bastiones provinciales.

La fuerza de los votos

El domingo fue una jornada que permaneció en vilo a la Argentina, con la mirada puesta en las elecciones presidenciales que marcaron un punto de inflexión en la política argentina. Con más del 86 % de las mesas escrutadas, Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria (UxP), se alzó como el líder de la primera vuelta con el 36,21% de los votos.

Este triunfo significativo lo coloca en el centro de atención, listo para enfrentar al candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei (30,24%) en una votación que decidirá quién será el próximo presidente de la nación el 19 de noviembre.

El derrumbe de Juntos por el Cambio fue notable en estas elecciones, con Patricia Bullrich obteniendo un distante 23,79% de los votos, confirmando las señales negativas que indicaban las encuestas. El estancamiento de Milei, que no logró ganar terreno significativo en la carrera, ha sido una sorpresa en medio de una contienda electoral llena de giros inesperados.

El resultado no solo es un reflejo del apoyo a Massa, sino también un voto de confianza en las políticas del oficialismo, respaldado por figuras destacadas como Axel Kicillof en Buenos Aires y un fuerte respaldo en otras provincias clave. La tensión política se mantendrá en alza mientras Argentina se encamina hacia el balotaje, un evento que promete ser un momento crucial en la historia política del país.