Los militantes oficialistas no se acobardaron por las denuncias de Pro; dicen que Milei también fue víctima de campaña sucia; qué parte del ecosistema digital es comandado por funcionarios
En la antesala de las elecciones legislativas porteñas del 18 de mayo de 2025, un video falso generado con inteligencia artificial (IA) protagonizado por Mauricio Macri, expresidente y líder del PRO, desató una ola de controversias que puso en el centro de la escena al ecosistema digital libertario y al equipo de redes de la Casa Rosada. E
n el video, un Macri recreado digitalmente anunciaba la baja de la candidatura de Silvia Lospennato y pedía votar por Manuel Adorni, candidato de La Libertad Avanza (LLA). La maniobra, calificada como un “intento de fraude digital” por el PRO, expuso la compleja red de tuiteros, influencers y funcionarios que operan en la órbita del oficialismo, liderada por el estratega Santiago Caputo.
A pesar de las denuncias, los militantes libertarios no retrocedieron y contraatacaron, alegando que el presidente Javier Milei también ha sido víctima de campañas sucias. ¿Cómo funciona esta maquinaria digital y quiénes son los actores clave detrás de ella?
El video que encendió la polémica
El sábado 17 de mayo, en plena veda electoral, la cuenta de X @TTendenciax publicó un video falso en el que Mauricio Macri, generado con IA, declaraba: “Tomé la decisión de bajar la candidatura de Silvia Lospennato […] Por eso te pido que este domingo vayas a votar por Manuel Adorni”. El contenido, que violaba la veda electoral, se viralizó rápidamente tras ser compartido por cuentas libertarias influyentes como @MileiEmperador (atribuida a Santiago Caputo), @GordoDan (Daniel Parisini) y @therealbuni (Franco Buoniconto). Un segundo video falso, esta vez con Lospennato como protagonista, y una acordada apócrifa del Tribunal Electoral porteño difundida por @ElTrumpista reforzaron la operación, que acumuló más de un millón de vistas en X.
El PRO reaccionó con furia. Mauricio Macri denunció un “intento de fraude electoral” y apuntó directamente al “hombre más poderoso del gobierno”, Santiago Caputo, asegurando que “la excusa de los tuiteros sueltos no va más”. Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal, jefa de campaña del PRO, presentaron denuncias ante la Justicia Electoral y penal, logrando que el Tribunal Electoral de CABA ordenara la eliminación de los videos. Sin embargo, el material continuó circulando, evidenciando los límites de la regulación digital en contextos electorales.
El ecosistema digital libertario: una red coordinada
El escándalo sacó a la luz el funcionamiento del ecosistema digital de La Libertad Avanza, una red de tuiteros, influencers y funcionarios que operan con precisión para amplificar mensajes oficialistas y, en ocasiones, desacreditar a opositores. Según investigaciones periodísticas, este entramado es liderado desde la Casa Rosada por Santiago Caputo, asesor presidencial y parte del “triángulo de hierro” junto a Javier y Karina Milei. Caputo, a través de la cuenta
@MileiEmperador (cerrada tras el escándalo), coordina estrategias discursivas que se propagan a través de cuentas afines.
Entre los actores clave están:
- Daniel Parisini (@GordoDan ): Médico pediatra y figura prominente de “Las Fuerzas del Cielo”, Parisini es un propagandista digital cercano a Milei. Con 133.000 seguidores en X, su rol trasciende las redes: ha entrevistado al presidente en su streaming Carajo y frecuenta la Casa Rosada, aunque no ocupa un cargo oficial.
- Franco Buoniconto (@therealbuni ): Identificado como un joven rosarino de 25 años, Buoniconto fue uno de los primeros en compartir el video falso. Registros oficiales confirman que ingresó a la Casa Rosada en septiembre de 2024, autorizado por Caputo, lo que sugiere una conexión directa con el equipo presidencial.
- Juan Pablo Carreira (@JDoeDoe101101 ): Director de Comunicación Digital de la Secretaría General de la Presidencia, Carreira opera bajo el seudónimo “Juan Doe” y es un puente entre los tuiteros y el gobierno. Su rol en la Casa Rosada incluye la gestión de narrativas digitales oficiales.
- Otros amplificadores: Cuentas como @ElTrumpista , @TommyShelby_30 y @PregoneroL, con miles de seguidores, refuerzan los mensajes oficialistas, a menudo con contenido irónico o desinformación. Estas cuentas, descritas como “silvestres” por algunos, son replicadas por centenares de perfiles menores.
Este “ejército de trolls” opera desde el Salón de los Próceres (ex Salón de las Mujeres) en la Casa Rosada, donde se diseñan estrategias para construir el “algoritmo de Yrigoyen”, un relato digital favorable al gobierno. La operación combina talento técnico (como el uso de IA para crear deepfakes) con una red de difusión que incluye a influencers como Tomás Jurado (
@ElPelucaMilei) y Macarena Alifraco, quienes amplifican los mensajes oficiales.
La respuesta libertaria: “Milei también es víctima”
Frente a las denuncias del PRO, los militantes libertarios no retrocedieron. Cuentas como
@ElTrumpista y @JDoeDoe101101 acusaron al PRO de exagerar y señalaron que Javier Milei también ha sido blanco de campañas sucias, como videos falsos o memes maliciosos. Manuel Adorni, candidato de LLA, minimizó el escándalo: “Está lleno de videos con pavadas y fake news. No hay que hacer tanto escándalo”. Desde el gobierno, Guillermo Francos y Patricia Bullrich negaron que el video fuera oficial, calificándolo de “inapropiado” y desvinculándose de su producción, aunque evitaron condenar directamente a los tuiteros involucrados.
Bullrich contraatacó, acusando al PRO de instalar el “vale todo” con un video agresivo previo a la elección, y tildó a Macri de “victimizarse”. Esta narrativa de doble victimización refleja la polarización entre LLA y el PRO, aliados en el pasado pero ahora en una guerra abierta por el control del espacio opositor no kirchnerista.
El rol de la Casa Rosada y los límites de la ética digital
La Justicia Electoral ordenó la eliminación de los videos y la preservación de las direcciones IP de las cuentas involucradas para futuras investigaciones, señalando que el contenido representaba un “riesgo para la transparencia del proceso democrático”. Sin embargo, especialistas advierten que estas prácticas, aunque técnicamente sofisticadas, son “contrarias a la ética pública” y evidencian la dificultad de regular el uso de IA en contextos electorales.
El caso también expuso la tensión entre la libertad de expresión y la desinformación. Mientras los libertarios defienden su “humor” y “creatividad” en redes, el PRO argumenta que estas maniobras atentan contra la democracia. La viralización del video, que requirió horas de trabajo y al menos tres programas de IA, no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia que incluye la difusión de fake news, como notas falsas atribuidas a medios como La Nación.
Un desafío para la democracia digital
La polémica del video falso de Macri no solo marcó las elecciones porteñas, donde LLA se impuso sobre el PRO, sino que abrió un debate sobre el uso de la IA y las redes sociales en la política. El ecosistema digital libertario, con su red de tuiteros, influencers y funcionarios, demostró su capacidad para generar impacto, pero también su disposición a cruzar líneas éticas. Mientras el PRO busca reposicionarse como defensor de la institucionalidad, LLA apuesta por una estrategia disruptiva que combina tecnología, ironía y polarización.
Para los votantes, el desafío es claro: aprender a identificar deepfakes (observando detalles físicos, verificando fuentes y chequando cuentas oficiales) y navegar un ecosistema digital donde la verdad y la manipulación conviven peligrosamente. En un país que aún lucha por consolidar su democracia, el caso del video falso de Macri es una advertencia sobre los riesgos de la era digital.