El peronismo de la provincia de Buenos Aires vuelve a crujir por dentro. El intento de avanzar con la eliminación del límite a una sola reelección para legisladores y concejales cuenta con un amplio consenso, pero el verdadero punto de conflicto pasa por los intendentes. Mientras Axel Kicillof presiona para extender el beneficio a los jefes comunales, Cristina Fernández de Kirchner propone una estrategia más cautelosa y segmentada.
La discusión se reactivó en el Instituto Patria durante una reunión encabezada por la expresidenta. Allí participaron ocho intendentes del peronismo bonaerense, divididos en dos grupos: por un lado, los cercanos a Kicillof, como Mayra Mendoza (Quilmes), Federico Otermín (Lomas de Zamora), Mariel Fernández (Moreno) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); por el otro, dirigentes alineados con Cristina, como Fernando Espinoza (La Matanza), Julio Alak (La Plata), Andrés Watson (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).

En ese encuentro, todos coincidieron en la necesidad de derogar el tope a las reelecciones para legisladores provinciales y concejales. En línea con esa postura, el senador Luis Vivona presentó un proyecto que busca ser tratado antes del 19 de julio, fecha límite para la presentación de listas de cara a las elecciones del 7 de septiembre.
La iniciativa cuenta con respaldo dentro del oficialismo e incluso con apoyos desde sectores de la oposición, principalmente del radicalismo. Esto alimenta la expectativa de que el proyecto pueda avanzar sin mayores obstáculos en la Legislatura.
Sin embargo, el desacuerdo surge cuando se plantea incluir también a los intendentes dentro de esa reforma. Cristina Kirchner se mostró a favor de avanzar por etapas: primero con los legisladores, donde los votos estarían asegurados, y más adelante con los jefes comunales, cuya situación genera más resistencia y divisiones internas.
Los intendentes del sector kicillofista no comparten esa cautela. Consideran que el momento político es ahora y que el margen de negociación existe si se apuesta con fuerza. Esa posición encontró un respaldo clave: el del propio gobernador. Según confirmaron fuentes cercanas a Kicillof, el mandatario cree que la reforma debe abarcar todas las categorías al mismo tiempo. “Axel quiere avanzar con todo ahora”, afirman desde su entorno.
Actualmente, 82 de los 136 intendentes bonaerenses estarían alcanzados por el límite a la reelección en 2027, si no se modifica la legislación vigente. En tanto, 19 legisladores de diversos espacios —Unión por la Patria, PRO, UCR y La Libertad Avanza (ex PRO)— no podrían presentarse este año a un nuevo mandato.
La normativa actual se remonta a 2016, cuando la entonces gobernadora María Eugenia Vidal —con el apoyo del massismo— impulsó la ley que limitó las reelecciones. Una reforma en 2022 permitió que los mandatos iniciados en 2017 y 2019 se consideren como primeros, lo que abrió una ventana para algunos dirigentes. No obstante, el espíritu de la norma sigue vigente.
Un actor clave en este escenario es el Frente Renovador. Aunque no estuvo representado en la reunión del Instituto Patria, su postura será decisiva. Sergio Massa, uno de sus referentes, avaló la ley original y se mantuvo firme en sostener ese criterio. Sin embargo, en las últimas semanas, fuentes legislativas deslizaron que el massismo podría flexibilizar su posición para el caso de legisladores, aunque no para intendentes. Este matiz explicaría la estrategia escalonada que propone Cristina.
Más allá del bajo perfil mediático del tema, el debate sobre las reelecciones expone una nueva fisura entre el sector que respalda al gobernador y el que responde a la expresidenta. En la Legislatura, ambos espacios ya vienen acumulando cruces por el calendario electoral y la deuda que mantienen varios municipios con la provincia por los fondos recibidos durante la pandemia. El conflicto por las reelecciones se suma ahora a esa agenda de disputas internas que atraviesa el peronismo bonaerense.