Quimey Ramos, la docente de Inglés que recientemente adecuó su género a la identidad autopercibida logró, después de denunciar públicamente la discriminación que sufrió, que la Dirección General de Cultura y Educación le otorgue la licencia a la que tiene derecho después de haberse realizado una operación de nariz y de nuez de Adán como parte del proceso de adecuación corporal a su nueva identidad. La profesora de 22 años tuvo que concurrir este miércoles a una nueva auditoría un día después de que la empresa tercerizada Dienst Consulting se negara a otorgarle días de licencia por considerar que se trataba de una operación estética y la tratara según su nombre anterior (masculino).
Durante la nueva presentación, Quimey estuvo acompañada por representantes del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo bonaerense y por abogadas de la facultad de Derecho que la patrocinaron. "Venimos contraargumentando que no son operaciones estéticas", explicó a Infoplatense Laurana Malacalza, coordinadora del especio en la Defensoría. Lo que sigue, más allá de la licencia obtenida, son presentaciones para se adecúen los registros oficiales y Quimey no vuelva a ser nombrada en ese ámbito con su nombre de varón, así para conseguir que otras mujeres en su misma situación no padezcan lo que le tocó a la docente.
Luego de haberse operado la nuez de Adán, Quimey asistió a una junta médica para pedir los días de descanso que le corresponden y que la Ley de Identidad de Género contempla. Sin embargo, desde la empresa se negaron a otorgarle esa carpeta considerando la intervención como una cuestión meramente estética. Según describió Ramos, vivió momentos de tensión y malos tratos.
Según relató en su cuenta de Facebook, a un día de haberse operado la nuez de Adán y con la indicación de su médico personal de tomarse 20 días de licencia en su trabajo en la escuela, Ramos asistió junto a su madre a la oficina de reconocimientos médicos docentes, en calle 50 entre 10 y 11. Una vez allí, cuando llegó su turno, la médica que la atendió le dijo que, de acuerdo con la Ley Laboral de la Provincia, no cubrían cirugías estéticas. Quimey respondió que, según la Ley Nacional 26.743 (Ley de Identidad de Género), esto no se trataba de una intervención estética, si no de una "adecuación" a su identidad de género percibida.
Según el relato de Ramos, la médica en cuestión se refirió a ella como "él" y la junta médica se demoró sin importar que las heridas de Quimey (que se había operado un día antes) aún le generaban molestia y dolor. Durante ese rato, la docente trato de explicar más de una vez que la intervención quirúrgica que se había realizado no era una cuestión estética sino una de las operaciones contempladas por la Ley Nacional. No obstante, la resolución de los médicos fue inamovible. Recién fue revertida por la Dirección General de Cultura y Educación cuando la denuncia tomó estado público.
